Por: Carolyn Porterfield

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La palabra “confianza” me trae recuerdos de mi infancia. Tenía la terrible costumbre de mentir. “¿Practicaste el piano hoy?” “¡Oh sí!” Lo que no revelaba era que el tiempo de práctica fue de unos cinco minutos, no los treinta requeridos. No contaré otros ejemplos, aunque hay muchos.

Mentir rompió la confianza con mi papá y mi mamá. No podían creer lo que les decía. Cuando finalmente me di cuenta y entendí que mentir no era una idea muy inteligente, comencé a decir la verdad. ¡El problema era que mi papá y mi mamá todavía no me creían! Tuve que trabajar para reconstruir la confianza que había roto. No fue fácil y tomó tiempo, pero finalmente volvieron a confiar en mí.

Esta experiencia de la infancia fue precursora de una valiosa lección. La confianza es fundamental en toda relación, ya sea de familia, amistad, laboral, eclesial o escolar. Se necesita tiempo para generar confianza, pero sólo unos segundos para destruirla. Se pone a prueba cada día a través de palabras y acciones intencionales o no intencionales, de traiciones pequeñas y grandes.

Construyendo la confianza

Nadie asume una posición de liderazgo y automáticamente se gana la confianza de aquellas personas a quienes dirige. Generar confianza comienza con usted. ¿Cómo hace esto?

Muestre quién es con sus acciones, no sólo con sus palabras. Un líder con el que trabajé siempre fue amable y respetuoso en las reuniones. Incluso cuando las discusiones se volvían tensas o había un claro desacuerdo, mi amigo nunca dudó en mostrar respeto a las demás personas.

Conozca a las personas a las que dirige tanto en entornos formales como informales. Hable sobre lo que significa la confianza para cada persona. Dirija al grupo a desarrollar su propia definición de confianza y refiérase a ella con frecuencia.

Utilice su poder de liderazgo para el bien de aquellas personas a quienes dirige. Cuando ellas saben que usted está velando por sus mejores intereses, crece la confianza, lo que aumenta la creatividad, la productividad y la lealtad. He conocido a líderes que redujeron sus propios salarios cuando los presupuestos eran ajustados, para que así sus empleados pudieran obtener aumentos o mejores prestaciones.

Comprenda los beneficios de la confianza. Soy una gran fanática del baloncesto femenino universitario. He escuchado muchas entrevistas posteriores al partido y casi todas las jugadoras y entrenadores hablan sobre la confianza que su equipo tiene entre sí. Reconocen que puede que no sean el equipo más rápido ni el más talentoso, pero la energía que genera la confianza es palpable y permite a estas mujeres alcanzar metas increíbles y lograr lo imposible.

Destruyendo la confianza

La confianza es poderosa pero frágil. Como somos humanos, todas las personas experimentaremos la traición, ya sea como quien fue traicionado o como quien traicionó. Lo más difícil de la traición es que la mayoría de las veces proviene de personas que conoce y ama, no de extraños. Las cosas pequeñas, sutiles y no intencionales pueden romper la confianza con la misma facilidad que las palabras o acciones atrevidas, insolentes e intencionales.

Susurros detrás de las puertas cerradas de la oficina, romper la confidencialidad, mentirle a un cónyuge, mostrar favoritismo, peticiones de oración que suenan más a chisme que a preocupación genuina. Todas estas cosas son traiciones. Es fácil pensar en otros ejemplos, ¿no?

En la escuela de posgrado, estuve en clases que requerían proyectos de grupo. Me desagradaban muchísimo porque sabía que habría una o dos personas en el grupo que no harían su parte. En pocas palabras: no confiaba en ellas, ¡y esto fue incluso antes de conocerlas personalmente! Había tenido tan malas experiencias con grupo anteriores que no les daba una oportunidad a los nuevos grupos.

Hay un costo enorme que pagar cuando se rompe la confianza. Las personas levantan barreras a su alrededor, acaparan sus conocimientos, se niegan a interactuar con otros o incluso dejan de contribuir por completo. Esto afecta la energía, la pasión, el tomar riesgos y la creatividad del equipo. ¿Cómo puede realizar el trabajo o alcanzar un propósito si no es capaz de confiar y creer en las demás personas? Todo el mundo pierde cuando se rompe la confianza.

Reconstruyendo la confianza

En un momento de mi trayectoria de liderazgo en el que experimenté una profunda traición, mi consejero me recomendó leer el libro Confianza y traición en el lugar de trabajo de Dennis y Michelle Reina. Escarbé en el libro buscando formas en que otras personas me habían traicionado y roto mi confianza. Descubrí eso, pero también encontré formas en las que yo había traicionado a la gente. Eso fue difícil de enfrentar. También aprendí formas en que se puede reconstruir la confianza mediante el trabajo arduo y la perseverancia.

Reconstruir la confianza comienza con usted. Puede que no tenga control sobre lo que le sucedió, pero sí tiene control sobre cómo manejar la traición. Un primer paso es reconocer honestamente lo que pasó y los sentimientos que tiene. Una amiga, un pastor o un consejero puede resultar útil en este proceso. Recuerdo haber preguntado varias veces: “¿Qué pasó realmente aquí?”

Es fácil culpar a las demás personas, pero hay que aceptar la responsabilidad por lo ocurrido. Mientras evaluaba lo que había sucedido, me di cuenta de cómo mis palabras y acciones habían contribuido a un lugar de trabajo disfuncional. No era inocente como quería creer.

El perdón es crucial si se quiere reconstruir la confianza. Hay tanto poder en el perdón. No soy partidaria de la afirmación de que perdonar significa olvidar. No es así. Pero cuando realmente perdona a otra persona, ya no es cautiva de lo que pasó. Perdone a otras personas. Perdónese. Entonces podrá soltar ese asunto y seguir adelante.

La confianza importa

Durante mis cuarenta años de liderazgo, he visto cómo la confianza puede ayudar a que las organizaciones florezcan. También he visto el daño causado por la confianza rota. Todavía estoy aprendiendo a no ignorar las señales de advertencia, sino a prestar atención y tratar de afrontar lo que está poniendo a prueba la confianza. He fracasado y he tenido éxito, pero espero ser una mejor líder gracias a las lecciones aprendidas a través de todo esto. Que esto también sea cierto para usted.

Carolyn Porterfield actualmente se desempeña como profesora, miembro de la junta directiva y presidenta del Comité Académico del Christian Latina Leadership Institute. Le apasiona el desarrollar y empoderar a las mujeres como líderes.