Por: Adalia Gutiérrez Lee
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Las necesidades básicas del ser humano pasan tan desapercibidas que a veces las ignoramos, o ni siquiera pensamos en ellas como si fueran de primera necesidad: comer, dormir, tener a alguien quien nos cuide, nos ame y nos eduque cuando somos niñas. Esos primeros cinco años de vida, los que menos recordamos, son los que más forman nuestra personalidad y nuestro carácter. Son años que forman recuerdos que nos van a nutrir y sostener de por vida.
Este mes, en el cual honramos a nuestras madres, ha sido diferente para mí. Decidí pasarlo evocando recuerdos que me ayudaran a agradecer a Dios por la mamá que tuve. Ya no la tengo conmigo desde hace varios años. Sin embargo, su amor trasciende su presencia física.
Mi mamá era un ser que emanaba dulzura y seguridad. El simple hecho de saber que estaba siempre al pendiente de mí, no importaba qué tan lejos me encontrara de ella, me daba tranquilidad. Yo sabía que todo me iba a salir bien porque ella estaba al pendiente. Ya fuera con mis estudios, juegos, deporte, iglesia, amistades, donde quiera o con quien fuera que estuviera, mi mamá era una constante que me inspiraba y me ayudaba a dar lo mejor de mí misma.

Mi mamá fue una mujer prudente: sabía cómo escuchar y cuándo hablar. Siempre nos decía: hay cosas que, aunque pensemos, no siempre debemos decir. Hay que hablar para construir. Si no a todas las personas les gusta compartir, no tengo por qué preguntarles e incomodarlas. He de confesar que este último consejo siempre me ha costado trabajo seguir porque ¡soy mucho más curiosa que ella!
Sus palabras de afirmación siempre eran seguidas por una caricia tierna, o un acto de amor. A veces se asomaba a la puerta de la casa cuando se preocupaba porque alguno de nosotros no había regresado, recordándonos así, que las expresiones de cariño trascienden lo lógico y lo racional. ¿Acaso el ver a la calle iba a acelerar el proceso de nuestra llegada? A ella no le importaba lo “absurdo” del amor, sólo demostrarnos, con hecho y palabras, que su amor era constante e incondicional.
En un devocional que di recientemente, hablaba del amor de Dios y comentaba que para mí el ver a Dios como Padre o Madre cuando era niña, no era tan necesario porque tuve una madre y un padre excepcionales. Ahora de adulta, comprendo la insistencia de Jesús de relacionarnos con Dios de esta manera tan íntima. Saber que al amor de Dios trasciende toda lógica, y como corrobora Pablo en su carta a los Efesios, “es más grande de lo que podemos entender” (Efesios 3:19).
No tenemos que entender, ni explicar el amor de Dios para conocerlo y experimentarlo. La presencia de Dios es una constante en nuestra vida que nos permite vivir, dormir, jugar, estudiar y relacionarnos confiadamente.
Si bien es cierto que mi mamá fue una gran líder, y que aprendí de ella muchas lecciones de liderazgo, creo que lo que más atesoro es cómo relacionarme con Dios todos los días. Esa oración que me enseñó y repetía conmigo todas las noches al lado de mi cama, es la misma que me sostiene ahora: “en paz me acostaré y así mismo dormiré, porque sólo tú, oh Dios, me haces vivir confiada” (Salmo 4:8). Esta experiencia y oración me inspiran el día de hoy en todas las áreas de mi vida.
El ser líderes en la casa y fuera de ésta es una gran responsabilidad. De hecho, algunas veces es más desafiante ser una buena líder dentro de la casa donde somos conocidas de una manera más profunda. Mi mamá fue una líder* que nos inspiró a mis hermanas, hermano y a mí en el mundo íntimo de nuestro hogar, así como a muchas mujeres y hombres alrededor del mundo.
Al reflexionar en la vida de mi mamá, mi oración es que yo pueda llegar a ser el tipo de líder que ella fue tanto en el hogar como en el mundo. Si puedo llegar a ser sólo la mitad de lo que ella fue, me sentiré realmente satisfecha, realizada y feliz.
Al honrar a nuestras madres este mes, te quiero invitar a pensar en la maternidad en un sentido más amplio: biológico, adoptivo, espiritual, emocional e intelectual. ¿Quiénes son las madres que puedes honrar en tu vida? ¿En qué formas puedes inspirar y animar a otras personas como sólo una madre puede hacerlo?
*Nota de la editora: Edna Lee de Gutiérrez, mamá de Adalia, fue una líder brillante y reconocida entre las personas bautistas a nivel mundial. Para conocer más sobre su vida, haga clic aquí para leer este artículo disponible sólo en inglés.

Adalia Gutiérrez Lee sirve como directora de área para Iberoamérica y el Caribe, Ministerios Internacionales de las Iglesias Bautistas Americanas, y forma parte del Consejo Directivo del Instituto Cristiano para Líderes Latinas (CLLI).
Por Verónica Rodríguez Navarro
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Debido a las celebraciones de Semana Santa, durante este mes hemos escuchado mucho acerca de las mujeres que estaban alrededor de Jesús. Hablar de ellas nos da la oportunidad de identificarnos, y además de encontrar un aprendizaje y aplicación para nuestra vida.
En el pasaje de Marcos 14 encontramos a una de estas mujeres. Esta historia nos habla sobre la mujer de Betania que ungió la cabeza de Jesús antes de su muerte, y además provee un espacio para reflexionar más profundamente sobre la adoración.
“Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza… De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella”. Marcos 14:3 y 9
Una adoración sin presunción: “…vino una mujer…”
La tendencia humana es la exaltación personal en cualquier ámbito que se desarrolle; hacerse notar por sus habilidades, talentos o grandes virtudes, que la gente vea que es una persona digna de ser exaltada y admirada. Pareciera que se busca con afán y desesperación el ocupar el escenario de la “adoración”.
La mujer de Betania sabía que Jesús estaba en la casa de Simón. Así que se hizo presente en ese lugar, solo le interesaba llegar hasta donde estaba el Maestro. Ella entró en esa casa con un propósito firme: adorar a Jesús. No le importaron las personas que estaban ahí. Su mirada, desde el instante en el que entró, se centró en Jesús y todo lo que haría era para agradarle a Él, mostrándole que su adoración, devoción, intención, tiempo y acción, eran solo para manifestar que él y nada más que él, movía su corazón en ese instante.
Nuestra adoración debe ser sin presunción ante las demás personas, percibida y aceptada por Dios.
Una adoración desprendida: “…con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio…”
Desprender, despegar, separar, ceder algo valioso, lujoso, de gran costo para alguien más, son las palabras que pueden describir la acción de entrega de la mujer de Betania.
¿Cuál es la posesión más valiosa que tenemos en nuestra vida? ¿Estaríamos sinceramente dispuestas a ceder esa posesión para honrar a Dios? Implica renuncia, humildad, sumisión, pérdida. ¿Qué es lo que estás dispuesta a perder para que tu adoración sea aceptable a Dios?
La esencia del nardo puro es muy valiosa, ya que se obtiene de una planta que crece en el Himalaya entre los 3,300 y 5,100 metros de altura, y se utiliza como artículo medicinal o de perfumería.
El perfume de nardo puro en la vida de una mujer, y el fruto que éste conlleva, solamente se obtienen en la presencia de Dios, en las alturas a las cuales nos transporta la oración y comunión diaria con Dios. Estas experiencias podrían llegar a ser la posesión más grande del ser humano, debido al lugar a donde nos han llevado. Sin embargo, el presentar este perfume ante Dios, nos lleva todavía más lejos: a desprendernos de nuestra voluntad para así hacer la voluntad perfecta de Dios.
Una adoración fragmentada: “…y quebrando el vaso de alabastro…”
El quebranto es el estado en el que el ser humano padece, sufre, es debilitado y probado, y puede morir.
Un alabastro era un recipiente hecho de piedra calcárea muy fina, de color amarillento o crema con una gran variedad de diseños. En éste se conservaban mucho mejor los ungüentos o perfumes costosos. Para abrir un alabastro y obtener el beneficio de su contenido, era necesario quebrar la parte superior del frasco y así volcar el contenido.
La adoración fragmentada es aquella que en muchas ocasiones quebranta el corazón de quien adora al ser moldeado por las manos del Amoroso Alfarero de su alma. La adoración que la mujer de Betania fragmentó en sus manos, era el reflejo de su corazón humillado ante su Señor.
La mujer que es fragmentada en las manos de Dios y que permite que el perfume puro que posee en su ser, sea volcado en él, es la fragancia que sube a Su presencia y desprende su aroma para impregnara a quienes la rodean.
Una Adoración entendida: “…se lo derramó sobre su cabeza”.
La mujer de Betania estaba cumpliendo con uno de los últimos actos públicos en los que Jesús anuncia su muerte. Ella lo estaba ungiendo para el sepulcro, y sin saberlo fue el instrumento de Dios para que las Escrituras se cumplieran.
Debemos ser conocedoras de la Palabra, y entendidas del mover de Dios en medio de su pueblo. Debemos estar listas para ungir con adoración a Jesús y no perder el privilegio que Dios nos ha dado de ser sus instrumentos.
Una Adoración aceptable: “…también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella”.
La adoración es un acto consciente y voluntario en el que quien adora ha reconocido que Dios es el único Redentor y Salvador de su vida. La gracia de Cristo sobre el pecador crea en la persona creyente un “Ciclo de la adoración”, donde Dios se acerca al ser humano para bendecirle con Su Presencia y perdón, y el ser humano responde adorándole consiente y voluntariamente, sin esperar nada para sí, solo agradeciendo el favor que ha recibido. Dios bendice al ser humano nuevamente en respuesta a su adoración y éste adora con entrega a su Señor. Este ciclo se repite una y otra vez, mientras el ser humano tenga memoria y la bondad de Dios no se agote.
La mujer de Betania encontró en Jesús perdón y salvación. Jesús encontró en la mujer una adoración y gratitud real. El resultado de esta adoración fue la paz de Dios en la vida de esta mujer y que su adoración trascendiera hasta el día de hoy, siendo recordada como una adoración aceptable a Dios.
Conclusión
Más importante que resaltar el acto de adoración de la mujer de Betania, es resaltar a la persona de Jesús que la movió a adorar de esta manera. Por lo tanto, el mejor ejemplo de una persona adoradora es Cristo mismo, quien llegó a este mundo sin presunción, desprendido de sí mismo, fue fragmentado o quebrantado, entendido de cumplir su propósito y recibido como la adoración perfecta delante de Dios.
La sola idea de pensar en ofrecer una adoración a Dios similar a la que ofreció Jesús puede resultar abrumante. Sin embargo, les invito a que pensemos: ¿A qué nos desafían en nuestra vida de adoración tanto Jesús cómo esta mujer? ¿Qué pasos pequeños y conscientes podemos implementar hoy mismo para acercarnos más a este tipo de adoración?

Verónica Rodríguez Navarro es directora de la Escuela de Música y Capacitación Ministerial Hudbe. Tiene un bachiller en Ministerio Musical y Adiestramiento Ministerial por el Seminario Teológico Bautista Mexicano en la Ciudad de México y un certificado en Estudios de Liderazgo por el Instituto Cristiano para Líderes Latinas (CLLI). Sirve como ministro de Adoración en la Iglesia Bautista Bethel y como coordinadora de la extensión del Instituto Cristiano para Líderes Latinas en la ciudad de México.
Por: Brenda Rincones, Mayra Rodríguez, Norvi Mayfield y Nora O. Lozano
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Por más de treinta años, yo (Nora) he estado fascinada con la historia bíblica de la mujer enferma de flujo de sangre. He escrito sobre ella en diferentes publicaciones, y suelo referirme a ella en mis clases. Debido a mi familiaridad con la historia, pensé que nunca podría traer algo más a mi vida.
Según Marcos 5:25-34, esta mujer había estado enferma durante doce años. Por supuesto, su problema era físico, pero éste iba más allá de eso. Levítico 15 dice que cualquier persona que tuviera una secreción corporal era impura, y cualquier persona o cosa que esta persona tocara también sería declarada impura. Teniendo en cuenta esto, era imposible que esta mujer se presentara ante Jesús proclamando su enfermedad, por lo que en silencio se acerca a él y busca tocar solo la esquina de su manto.
Mientras ella hacía eso, Jesús reconoció que poder estaba saliendo de él. Cuando preguntó qué estaba pasando, se enteró de que una mujer enferma de flujo de sangre lo había tocado. En lugar de enojarse con la mujer por su osadía o avergonzarse de que una mujer impura lo hubiera tocado, habla con ella, la perdona, la alaba por su fe y la despide en paz (Marcos 5:34).
Es importante notar que en esta historia hay sanidades múltiples. Por un lado, se produce una sanidad cuando la mujer toca el manto de Jesús y su cuerpo queda curado. Por otro lado, también es sanada cuando, llena de miedo, compartió toda la verdad sobre su congoja, dolor y sufrimiento, y cómo Jesús finalmente la había sanado (Marcos 5:33). Al compartir su historia y darse cuenta de que Jesús no estaba enojado con ella, encuentra liberación. Como Jesús no la culpó ni la acusó, sino que la bendijo, nadie más podría menospreciarla o marginarla debido a su enfermedad previa.
Esta historia representa una verdadera sanidad y liberación a medida que la mujer es sanada (espiritual, física, emocional y socialmente) y liberada para vivir una vida regular con la gente normal de su tiempo y visitando todos los lugares que antes le estaban prohibidos.
A estas alturas, estoy segura de que puedes entender mi fascinación con esta historia maravillosa que ilustra cómo Jesús puede traer sanidad y liberación completas a la vida de una persona.
¿Podría mejorar la historia? ¡No lo creía posible! Sin embargo, recientemente lo hizo.
En noviembre pasado tuve la bendición de ir a Tierra Santa con el objetivo de animar a líderes cristianos allí, así como visitar algunos lugares religiosos significativos. Uno de estos sitios fue la ciudad de Magdala en Galilea, el pueblo natal de María Magdalena.
Magdala ha sido famosa a lo largo de la historia del cristianismo; sin embargo, su importancia aumentó en el 2009 cuando importantes hallazgos arqueológicos se encontraron allí. A medida que empezaron las excavaciones para construir un nuevo centro de retiro y una casa de huéspedes, comenzó a emerger una parte antigua de la ciudad. Hoy en día este lugar es un área arqueológica en desarrollo, un lugar de adoración, un centro de retiro y una casa de huéspedes.
Al entrar en el lugar de oración “Duc in Altum” (lanzarse a las aguas profundas), inmediatamente se nota que este espacio fue diseñado para evocar y honrar a Jesús y a las mujeres que lo rodeaban. En el nivel inferior del edificio se encuentra la Capilla del Encuentro, que está diseñada basándose en la estructura de la sinagoga del primer siglo de Magdala. Esta capilla cuenta con un impresionante mural del pintor chileno Daniel Cariola, la cual representa la historia de Jesús y la mujer enferma de flujo de sangre.

Dado a que algunas miembros de la comunidad del CLLI han tenido también la bendición de visitar Magdala y ver también esta pintura, las invité a reflexionar en su experiencia:
Mayra Rodríguez (CLLI Carolina del Norte) compartió: “Tuve el privilegio de ver esta famosa pintura. ¡Impresionante! Si bien algunas personas prestan mucha atención a los pies en la pintura, lo más asombroso para mí es la mano de la mujer que muestra una fe increíble que la llevó a ser sanada, cambiada y restaurada. Las mujeres en ese tiempo creían y tenían fe. Quizás esto es lo que nos falta hoy. Necesitamos confiar y creer en él”.
Brenda Rincones (CLLI Texas) compartió: “Al ver esta obra, recuerdo los secretos que nosotras, como mujeres, guardamos; ya que muchas de nuestras mamás y abuelas no compartieron las luchas que enfrentaron. Esta mujer trató de encontrar sanidad en secreto, pero Jesús la descubrió, no para avergonzarla, sino para liberarla. Su curación debía hacerse pública para que todas las personas supieran que ella era completa, digna y que no debía ser excluida. La declaración pública de su sanidad trajo gloria a Dios y libertad y plenitud a la mujer. No dudes en ser vulnerable, porque en nuestra apertura y honestidad ante Dios, Dios será glorificado y encontraremos la libertad”.
Norvi Mayfield (CLLI Texas) compartió: “Al ver esta pintura, pienso en el poder que Jesús compartió con esta mujer; un poder que afectó todas las áreas de su vida. De la misma manera, yo quiero tocar a Jesús, aunque sea la punta de uno de sus cabellos, porque al hacerlo su poder también afectará mi vida por completo: pasada, presente y futuro. Sin embargo, reconozco que hoy, la única forma en que podemos tocar a Jesús y tener acceso a su poder, es estando cada día a sus pies para discernir constantemente los pasos que debemos seguir de acuerdo a su voluntad”.
En cuanto a mí (Nora), no pude apreciar completamente el poder de esta pintura hasta que estaba de regreso en casa viendo mis fotografías. Fuimos a Magdala al final de un día enriquecedor, pero muy largo. Estaba cansada mientras trataba de absorber en un día las riquezas del Mar de Galilea, el Monte de las Bienaventuranzas, Capernaum, el Parque Nacional Arbel, el Sitio del Bautismo de Jesús en el Río Jordán y finalmente Magdala. Mientras miraba la imagen, alguien me sugirió que extendiera mi mano hacia la pintura. Me pidieron que me moviera un poco más a la derecha y seguí las instrucciones. Entonces, esta poderosa foto apareció entre los cientos de fotos que tomé durante el viaje.

Creo que esta foto se ha convertido en una de las más significativas del viaje. La erudita bíblica Joanna Dewey sugiere que una de las herramientas hermenéuticas que debemos usar para recuperar a las mujeres de la Biblia es que nos sumerjamos en la historia. En esta imagen, yo estoy en la historia, junto con Jesús y la mujer. Por lo tanto, esta imagen funciona como un recordatorio visual y constante de que necesito ser valiente y audaz como esta mujer bíblica. Me invita a acercarme a Jesús, llena de fe, creyendo que Él puede sanar todas las áreas de mi vida y darme un futuro lleno de paz (shalom). Me invita a venir a él diariamente mientras trato de navegar las complejidades constantes de la vida.
¿Qué piensas y sientes al ver esta pintura? ¿Cuál es la invitación que te hace Jesús? ¿Cuál es el ejemplo que te está dando esta mujer? Piensa en esto y luego actúa. ¡Cambiará tu vida!

Brenda Rincones es fundadora y directora de la Conferencia para Niñas “Shine”.
Mayra Rodríguez es vicepresidenta de Servicios G&R.
Norvi Mayfield es directora de la Fundación Mayfield y consultora en el área de misiones yorganizaciones sin fines de lucro.
Nora O. Lozano es directora ejecutiva del Instituto Cristiano para Líderes Latinas (CLLI).
Crédito de las fotografías: Nora O. Lozano y Equipo Barnabas.
Por: Jana Atkinson-Morga
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En este mes en el que celebramos el amor, si detuvieras a algunas personas en la calle y les pidieras una definición de la palabra amor, apuesto a que escucharías una gran variedad de respuestas. Es emocionante que me hayan pedido que escriba sobre el amor. Ahora, no es que no conozca el amor. Lo conozco de muchas maneras. Es interesante para mí porque he pasado los últimos meses trabajando en un fin de semana de discipulado para mi grupo de jóvenes. ¿Y cómo ves esto? El tema del fin de semana es “ser amado”.
Este tema es la segunda parte de un plan de tres años para edificar, formar y guiar a estudiantes a ser discípulos a través del lema ministerial: Sé conocido, sé amado y pertenece. Al considerar la segunda parte de ese lema, “ser amado”, es crucial encontrar las palabras que definen cómo los estudiantes quieren que todas las personas les entiendan y les amen. Al prepararme para este evento, les pedí a nuestros voluntarios y a nuestro orador invitado que compartieran conmigo lo que piensan de la palabra amado. Me recordaron que ser amoroso va más allá de un sentimiento; Es una acción, un verbo. Este verbo, esta acción, es hacer que una persona vea que es conocida al mostrarle que es vista y apreciada. Cuando valoramos a las demás personas por lo que son, las amamos.
Al buscar una definición de amor o ser amado, podemos ir a ver directamente las palabras del apóstol Pablo en lo que se considera el capítulo del amor, 1 Corintios 13:4-8. Allí se puede encontrar una lista de lo que es y lo que no es el amor:
• El amor es paciente y benigno.
• El amor no tiene envidia, no es jactancioso, no hace nada indebido, ni se deleita en el mal.
• El amor no es orgulloso, egoísta o fácil de irritar.
• El amor se goza con la verdad.
• El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta y nunca deja de ser.
Estas palabras son importantes y tienen peso. Sin embargo, sin acciones, estas palabras son inanimadas y huecas. Al considerar nuestras vidas con las demás personas, debemos entender estas palabras y dar un paso hacia adelante.
De hecho, tenemos un lugar con Dios, una relación de colaboración con Dios que nos lleva a amar a las demás personas como Dios nos ama a nosotros. Dietrich Bonhoeffer, en su libro Vida en comunidad, expresa que aprender a amar a las demás personas comienza con aprender a amar quiénes son. Aprender a escucharles, sus corazones y sus heridas. Es por eso que el amor es más que una lista hermosa y grandiosa. El apóstol Pablo nos enseña que el amor es más grande, más amplio y más profundo de lo que podemos imaginar.
El amor toma vida a través de las historias de las Escrituras. El amor se hace presente a través del tiempo en la liberación continua del pueblo judío. El amor se entiende a través de las palabras de los profetas, y toma vida en la sabiduría de narraciones históricas.
Es hermoso ver el ministerio de Jesús y abrazar su mensaje de amor. Él era contracultural. Él cambió el mundo, no sólo a través de la obra en la cruz. Aunque su muerte y resurrección abrieron la puerta a la reconciliación con Dios, su vida fue una en la que el amor siempre fue un verbo, algo que se vivía.
Esta práctica de vivir el amor a través de acciones se vuelve clara y tangible para nosotros en el ejemplo de Jesús. Las experiencias con las personas con las que se encontró y el llamado de aquellos considerados como parias o indeseables para ser sus discípulos, son hoy nuestro estándar de vida. Además, Jesús mismo comparte de manera importante con sus discípulos que seremos conocidos por el amor que guía nuestras vidas. Este amor se expresa dando calor a quienes tienen frío, comida a quienes tienen hambre, compañerismo a quienes están en soledad, gentileza a quienes se cruzan en nuestro camino, y apoyando a cada persona en todos los ámbitos de la vida, haciéndoles saber que son amados, son conocidos y pertenecen.
Aquí es donde encuentro significado en la salvación. La vida, muerte y resurrección de Jesús nos permiten estar en relación con Dios, esperar estar en la presencia de Dios después de esta vida, y ser colaboradores en el trabajo de Dios en esta vida.
Lois Lowry escribe en su libro Number the Stars (Contando las estrellas): “Seguramente ese regalo -el regalo de un mundo de decencia humana- es el que todos los países todavía anhelan”. Esta es una verdad asombrosa. Este mundo, nuestro mundo, todavía tiene hambre de decencia humana. He llegado a entender que somos llamados por Dios para ser ministros de reconciliación (II Corintios 5:18-20). Somos colaboradores con Dios para compartir un gran amor desinteresado y valiente con el mundo.
Este amor se personifica en el impulso por el cambio cuando el quebrantamiento del mundo lo abruma todo. Va más allá de los pensamientos y las oraciones porque la fe sin obras es muerta (Santiago 2:26). El amor de Dios se encarna al abogar por aquellas personas que enfrentan guerra, dolor e injusticia en este mundo. Es gracia, misericordia y justicia que llevan el amor de Dios a los rincones de la tierra.
Este amor es realmente desafiante, pero no es imposible. ¿Cómo puedes demostrar hoy este tipo de amor?

Jana Atkinson-Morga es graduada del Instituto Cristiano para Líderes Latinas y Pastora de estudiantes y jóvenes en la Iglesia Bautista Woodland en San Antonio, Texas. Jana tiene una Maestría en Divinidades del Seminario Logsdon y una Licenciatura en Biblia y Teología de la Universidad Bautista de las Américas.
Por: Marcela Ordaz
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Casi todo el mundo tiene propósitos para el año nuevo. Como un nuevo comienzo, es un momento para hacer un balance de la vida y establecer metas o resoluciones específicas que nos ayudarán a alcanzar nuestros objetivos en este año nuevo.
En general, los propósitos más populares son la pérdida de peso, comer saludable, viajar, saldar deudas, aprender un nuevo idioma, leer más, hacer deporte, encontrar pareja, un mejor trabajo, dejar vicios, o para las personas más disciplinadas: leer la Biblia en un año.
Sin embargo, esta tradición de propósitos de año nuevo viene con sus desafíos.
¿Te ha pasado que llega el final del día y parece que no lograste nada? ¿O bien, que pasan semanas y sientes una frustración de no haber completado proyectos? ¿O que llega el principio de un año nuevo y no cumpliste los “propósitos de año nuevo” del año anterior?
Y al empezar este año 2023 vuelve otra vez la arrasante tradición de ponerte propósitos de año nuevo. He estado allí. Se siente cómo los días pasan y que no lograste nada. Y al final del día, estás exhausta.
Pero, ¿y si te dijera que hay una manera de no solo de seguir estas resoluciones populares de año nuevo sino también de tener una vida abundante?
¿Cómo se logra esto?, te preguntarás. Te invito a explorar algunas de estas formas conmigo.
Jonathan Murcia describe en su página de Facebook: “Una vida de abundancia no es una vida solo llena de riqueza material. Sino una vida llena de la gracia de Dios y en el crecimiento del conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”.
La palabra de Dios ofrece una gran variedad de ideas que nos inspiran a vivir una vida en abundancia, mucho mejor de la que nosotros podamos planear o imaginar. Jeremías 29:11 afirma: “Yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.
El capítulo cuatro de la carta a los Filipenses (TLA) ofrece también instrucciones que podemos tomar como parte de nuestros propósitos, los cuales nos llevarán a vivir una vida abundante:
- “¡No dejen de confiar en el Señor Jesús!” (V. 1).
- “¡Vivan con alegría su vida cristiana!” (V. 4).
- “Que todo el mundo se dé cuenta de que ustedes son buenos y amables” (V.4).
- “No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y entendimiento de los que ya son de Cristo” (V. 6-7).
- “Piensen en todo lo que es verdadero, lo que merece respeto, lo que es justo y bueno, en lo que es agradable y merece ser alabado” (V. 8).
- “Practiquen todas las enseñanzas que les he dado” (V. 9).
Y brilla el verso 19 diciendo: “De sus riquezas maravillosas, mi Dios les dará, por medio de Jesucristo, todo lo que les haga falta”.
Además de la biblia, existe literatura cristiana que también nos ofrece formas de vivir una vida abundante. Rick Warren en su libro, Una vida con propósito, sugiere lo siguiente:
- Fuiste planeado para agradar a Dios. Desarrolla tu amistad con Dios. Hazte su mejor amigo. Con esto harás sonreír a Dios.
- Fuiste hecho para la familia de Dios. Tienes un lugar al cual pertenecer, cultiva la vida en comunidad y restaura el compañerismo. Cuida tu iglesia.
- Fuiste creada para ser como Cristo. Crece, transfórmate y derrota la tentación. Toma el tiempo necesario para cultivar esto.
- Fuiste formada para servir a Dios. Acepta la tarea, usa tus herramientas, fortalece tu mentalidad de servicio y permite que Dios se manifieste en tus debilidades.
- Fuiste hecha para una misión. Comparte el mensaje de tu vida, equilibra tu vida, quita la envidia y las ganas de complacer a otras personas.
Siempre es bueno recapitular un poco cuando nos sentimos perdidas o cuando experimentamos momentos de estancamiento.
Recientemente leí en un artículo del New York Times que tendemos a pensar en el lavavajillas como un lugar peligroso para objetos delicados. Sin embargo, los fabricantes de las copas de vino más delgadas y caras recomiendan ponerlas en el lavavajillas en lugar de lavarlas a mano. La razón: Es más probable que se rompan o se lastimen si son golpeadas contra el fregadero o si se aprietan al ser talladas con jabón.
Si las instrucciones de las copas delicadas dicen que debemos usar el lavavajillas, ¿por qué forzosamente quieres lavarlas a mano? ¿Crees que tus propios métodos son mejores que las instrucciones originales?
Si la palabra de Dios dice más de una vez que sus planes siempre serán mejores que nuestras propias decisiones, ¿por qué insistir en hacerlo a nuestra manera? Proverbios 16:9 dice: “El ser humano proyecta su camino, pero es el Señor quien dirige sus pasos”
¿Qué tal si planeamos nuestro futuro enfocándonos en el propósito de Dios para nuestra vida, manteniendo salud espiritual, mental y física?
Tal vez eres como yo, y no hiciste una lista de propósitos de año nuevo. Entonces, te propongo que apliques el método CREA (Continuar, Resolver, Evitar y Afrontar):
CONTINUAR: Ve a tu celular y toma unos minutos para ver todas las fotos que tomaste en el año pasado. Revisa qué momentos disfrutaste, cuáles te hicieron sonreír, en pocas palabras qué momentos quisieras repetir. Elige uno y busca repetirlo de nuevo.
RESOLVER: Piensa por un momento que te queda un año de vida. ¿Qué te falta resolver? Resuélvelo.
EVITAR: ¿Piensa en una cosa que te hará una mejor persona si la evitarás, por ejemplo, algo que te haría más saludable o más? Entonces, ya tienes eso que necesitas evitar.
AFRONTAR: Elige una cosa que no has hecho por miedo, algo que definitivamente hay que afrontar. Defínelo y afróntalo.
Tal vez será más sencillo si pones metas cortas y alcanzables. También puedes dividir estos objetivos en partes más pequeñas, y así será más posible que puedas lograrlos. Comienza con algunos pequeños pasos, tal como decidir no tomar refresco o llamar a tu ser amado más seguido.
Es común sentir miedo cuando se inicia un proyecto nuevo, pero también es normal sentirse emocionada y esperanzada. Comenzar siempre es el primer paso para alcanzar tus metas. Si te sientes estancada este año nuevo, tal vez sea hora de dar un salto de fe y establecer algunas metas, ¡a partir de ahora!
Dios nos invita a vivir de acuerdo a sus planes y a probar la vida abundante que ofrece. Aceptemos la invitación, llenas de emoción y esperanza.
“Mis planes no son sus planes, mi proyecto no es su proyecto —oráculo del
Señor—. Cuanto se alza el cielo sobre la tierra, así se alzan mis proyectos
sobre los de ustedes, así superan mis planes a sus planes” (Isaías 55: 8-9 BLPH).

Marcela Ordaz, una profesional en el área de Comunicación Organizacional, ha trabajado como líder internacional dirigiendo la Expo Industrial FABTECH México por los últimos 15 años. Es Graduada de CLLI y actualmente forma parte de la junta directiva de CLLI y es parte del equipo de liderazgo de CLLI Monterrey. Además, Marcela ha servido como líder en diferentes ministerios por los últimos 25 años en Monterrey, México.
Por: Carolyn Porterfield, Mónica Salinas y Nora O. Lozano
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El primer capítulo de Lucas describe dos narraciones fascinantes que tradicionalmente han sido reconocidas como las historias de “La Anunciación” y “La Visitación”.
En la primera, el ángel Gabriel se le aparece a María para darle la noticia de que se convertiría en la madre de Jesús. Siendo virgen y desposada con José, uno puede imaginarse cómo se sentiría María con esta noticia. A manera de invitarla a creer en lo que iba a pasar y en la importancia de su hijo para la humanidad, el ángel también comparte que Elisabet, la que era estéril y ya avanzada de edad, también está embarazada con un hijo especial. (Lucas 1:26-38).
Se deduce también de la historia que nadie más fue testigo del encuentro entre el ángel y María. Por lo tanto, después de que el ángel la deja, María queda embarazada y con una historia que contar que es casi imposible de creer.
La segunda historia describe cómo María, después de recibir la noticia, se apresura a visitar a su pariente Elisabet (Lucas 1:39-45). Quizás fue para corroborar lo que el ángel le había dicho, o para encontrar algún refugio, apoyo y aliento. Al llegar, Elisabet la saluda con estas palabras: “Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor” (Lucas 1:44-45).
Ambas historias involucran a mujeres que creyeron en las palabras, planes y promesas de Dios para ellas y sus hijos, Juan y Jesús. Una, por mucho tiempo quiso estar embarazada, pero reconoció que Dios tiene sus propios tiempos. La otra, probablemente no quería estar embarazada, pero aceptó con buena disposición los planes de Dios para ella.
Estas dos mujeres se convierten en nuestro ejemplo por la manera en que abrazaron los planes y las promesas de Dios. Ellas confiaron en la sabiduría y los designios holistas de Dios, y nos invitan a hacer lo mismo. A manera de explorar más a fondo esta idea de creer en los planes y promesas de Dios para nosotros, especialmente a la luz del año nuevo, dos miembros de la comunidad del Instituto Cristiano para Líderes Latinas (CLLI por sus siglas en inglés) compartieron estas reflexiones:
Carolyn Porterfield:
Una adolescente vivía de acuerdo a las costumbres culturales y religiosas de su época. Estaba comprometida con un hombre y esperaba formar una familia. Su plan fue interrumpido por las inesperadas y trascendentales palabras de un ángel: “María, has hallado gracia ante Dios. Él te ha elegido para dar a luz a Su hijo, el Mesías”. ¿Cuál sería tu respuesta si Dios te hubiera dicho esas palabras? María se declaró sierva de Dios y se entregó a su plan, que no solo cambiaría su vida sino también la nuestra.
Proverbios 16:9 dice: “En su corazón el hombre planea su camino, pero el Señor establece sus pasos”. Al igual que María, todas las personas tenemos planes para nuestras vidas. Pero, ¿y qué si Dios interrumpe tu plan con revisiones y cambios? ¿Qué pasa si Dios te desafía a apuntar más alto e ir más lejos de lo que jamás pensaste que podrías? ¿Confías en Dios para que dirija tus pasos, aunque el camino sea difícil y costoso?
Sé por experiencia propia que los planes de Dios son mucho mejores que cualquier cosa que se te pueda ocurrir. Avanza. Da ese primer paso. Mientras lo haces, escucha las mismas palabras que el ángel le dijo a María: “No temas”.
Mónica Salinas:
El hecho de que el magnífico y glorioso Dios de la Biblia nos haya dado tan grandes y maravillosas promesas en su palabra, no deja de asombrarme. Efesios 1:3 dice que: “Él [ya] nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”. ¿Qué implica esto? Quienes hemos creído en Cristo disfrutamos cada día de bendiciones que solamente podemos calificar como celestiales. Esas bendiciones son el amor de Dios, su perdón, compasión, misericordia, paciencia, bondad, paz, fortaleza y muchas otras bendiciones que tal vez no vemos, pero que recibimos constantemente. Algunas veces no las apreciamos, y en otras ocasiones las damos por sentadas. Sin embargo, si pensamos por un momento en cómo sería nuestra vida sin las promesas de Dios, apreciaríamos mejor esas bendiciones.
Saber que estas bendiciones están ahí y que mi Padre celestial ya me las ha dado, me da esperanza y fortalece mi fe para mirar hacia el futuro. Porque así como ha estado conmigo amándome, perdonándome, siendo paciente, misericordioso y sosteniéndome en los momentos difíciles, continuará haciéndolo. Por eso, como Elisabet, puedo decir: “Bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor” (Lucas 1:44-45).
¿Cuáles son las promesas bíblicas que se han convertido en tu fortaleza?
No sabemos qué nos deparará el 2023. Tal vez estamos comenzando el año nuevo con circunstancias difíciles o desafiantes. Sin embargo, sí conocemos a quien tiene el futuro en sus manos. Por lo tanto, creamos con Mónica que Dios nos seguirá bendiciendo. Tal vez, como implican las reflexiones de Carolyn, tengamos que ser flexibles y estar dispuestas a modificar nuestros planes en el 2023, a fin de cumplir el plan más perfecto de Dios para nosotras.
Dondequiera que estemos en esta víspera de año nuevo, recordemos que Dios es el mismo, ayer, hoy y mañana. Mientras continuamos celebrando el milagro de la encarnación, y lo que el nacimiento, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús traen a nuestras vidas, te invito a afirmar las promesas que Dios te ha dado en la Biblia. Para mí (Nora), la promesa a la que quiero aferrarme en este año nuevo es: “Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el Señor, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza” (Jeremías 29:11).
Al darle la bienvenida al año nuevo, hagámoslo siguiendo el ejemplo de Elisabet y María. Estas mujeres de fe confiaron en Dios y en sus planes. ¿Se sentían inciertas, turbadas y temerosas? ¡Por supuesto que sí! Pero también confiaban en Dios al creer que: “se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor”.

Carolyn Porterfield es miembro del consejo directivo y de la facultad del CLLI. Mónica Salinas es la coordinadora de la oficina del CLLI y miembro de la facultad. Nora O. Lozano es la directora ejecutiva del CLLI y miembro de la facultad.
Crédito arte/fotografía:
Visitation de Arte en la Tradición Cristiana (Art in the Christian Tradition), un proyecto de la Biblioteca de Divinidades de Vanderbilt (Vanderbilt Divinity Library), Nashville, TN.
Por: Carolyn Porterfield
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Las contraseñas se han convertido en una parte integral de nuestras vidas. Están diseñadas para dar acceso y proporcionar protección. Se nos anima a crear contraseñas “fuertes” que tengan al menos de ocho a diez caracteres y que contengan una combinación de números, símbolos especiales y letras mayúsculas y minúsculas. ¡Te ganas el premio si puedes recordar todas las contraseñas que usas!
¿Qué contraseñas podrían ser útiles para las personas que son líderes? ¿Qué podría darles acceso a líderes potenciales? ¿Proporcionar protección para la salud y el bienestar del personal o las personas voluntarias que dirigen? ¿Guardar la unidad contra la división? Te invito a pensar en estas tres.
Buscar1Talento=nuevaLíder
Una amiga mía tiene un extraño “olfato para el talento”. Puede estar con un grupo de mujeres sólo por unas horas y discernir quién en el grupo tiene potencial de liderazgo. Luego, dedica mucho tiempo y esfuerzo a quienes están ávidas por aprender y crecer. No se sabe a ciencia cierta en cuántas mujeres ha invertido a lo largo de los años.
¿Quién reconoció tu potencial de liderazgo? Fue un profesor de seminario que vio algo en mí que yo no veía. Se convirtió en mi mentor y guía sin que yo me diera cuenta. Él me recomendó para un puesto que yo nunca hubiera solicitado, me entrenó sobre cómo hacer la entrevista y luego me instruyó mientras me preparaba para comenzar el nuevo trabajo.
Después de nueve años en ese trabajo, me ofrecieron un nuevo puesto en otro estado. Mientras me despedía, mi jefe me dijo: “Me dijeron que, si me arriesgaba contigo, no me decepcionaría, y no me he decepcionado”. ¡El riesgo valió la pena!
Ser una buscadora de talentos abre mundos de posibilidades para tu organización, iglesia o negocio, así como para aquellas personas que pueden crecer bajo tu mentoría. Ha sido un privilegio para mí ser mentora de mujeres que se han desempeñado en puestos estratégicos de liderazgo.
2ofrecerGRACIA+paciENcia
¿Cómo manejas la situación cuando alguien a quien supervisas ha cometido un error? Una contraseña útil es “ofrecer gracia + paciencia”.
Una miembro de mi equipo vino conmigo con temor y temblor y más que unas pocas lágrimas. Había cometido un gran error que involucraba miles de dólares, lo cual afectarían negativamente a los ministerios que recibirían fondos de nuestra oficina. Estaba lista para escribir un cheque de su cuenta bancaria personal para ayudar a cubrir el déficit y probablemente tenía en su computadora una carta de renuncia lista para enviarse.
Después de que pudo contarme con calma lo que había sucedido, comenzamos a buscar formas de resolver el problema que había causado su error. Tomó tiempo y sacrificio de nuestra parte, pero pudimos llegar a una solución viable. Todavía teníamos que informar a algunos ministerios sobre el déficit financiero, pero el daño no fue tan grave como parecía al principio.
Se le ofreció gracia a la miembro del equipo. La resolución del problema se vistió de paciencia. El error se convirtió en un gran punto de aprendizaje para nosotras, y establecimos nuevos mecanismos de control para garantizar que esto no volviera a suceder.
Al ejercer la paciencia y ofrecerle gracia, esta miembro del equipo recuperó su confianza y se convirtió en una pieza aún más importante del mismo. Todo mundo comete errores, incluso tú. Invertir en el crecimiento y el bienestar de una empleada generará grandes dividendos.
¡Gracias#3!!!
Mientras leía el Salmo 100 en la versión en inglés de la biblia El mensaje de Eugene Petersen, saltó de la página esta asombrosa idea que se encuentra en la primera parte del versículo cuatro: “Entre con la contraseña: ‘¡Gracias!”’
Gracias. Una simple palabra que nos saca de nosotros mismos para centrarnos en la otra persona. El salmista demuestra que “gracias” es una buena contraseña para las personas líderes. Abre el acceso a nuestro Padre generoso que nos colma de su amor. También hay algo unificador en estar juntos con corazones agradecidos ante Aquel que nos creó y nos da tantas bendiciones.
En 1863, Estados Unidos se vio involucrado en una guerra civil que estaba destrozando al país y devastando familias tanto en el Norte como en el Sur. El presidente Abraham Lincoln firmó una proclamación pidiéndole a la nación que orara para que Dios brindara su tierno y amoroso cuidado a una nación herida en necesidad de sanidad. Declaró el cuarto jueves de noviembre como el día de Acción de Gracias. En 1870, el Congreso de los Estados Unidos convirtió ese día en un día oficial de fiesta nacional.
Lincoln usó la contraseña “gracias” con la expectativa de unir a personas que estaban profundamente divididas, personas que buscaban esperanza en tiempos de desesperación. Tal vez entendió que mirar a Dios con gratitud tenía un gran potencial para crear paz en maneras que una guerra no podía.
Nuestro mundo de hoy no es tan diferente al del tiempo de Lincoln. El quebrantamiento y la desesperanza son compañeros gemelos para muchas personas. Una pandemia cambió nuestro mundo para siempre. Demasiadas vidas se ven afectadas por la violencia innecesaria. Las personas sufren desafíos económicos. Hay disturbios políticos en todo el mundo y aquí en los Estados Unidos.
Al igual que el salmista y el presidente Lincoln, entremos con gratitud a la presencia de Dios y animemos a otras personas a hacer lo mismo. ¡No podemos liderar bien separados de Él!
Comparte las contraseñas
Se nos dice que no compartamos nuestras contraseñas con otras personas porque esto puede crear serios problemas de seguridad. Las contraseñas de liderazgo son la excepción a esta regla. Las personas líderes muestran el camino, marcan la pauta y tienen el poder de construir o derribar. Necesitamos contraseñas buenas y seguras para abrir el acceso a líderes potenciales, ayudándoles a crecer y a madurar, y a proteger la unidad.
He compartido tres contraseñas contigo. Están destinadas a hacerte reflexionar sobre tu liderazgo y las formas en que puedes crecer. No te las guardes para ti. Agrega tu propia contraseña de liderazgo a éstas y compártelas libremente con otras personas.
Todas las personas líderes están en un proceso y aprenden unas de otras. Proverbios 27:17 nos recuerda que el hierro con el hierro se afila. Estamos agradecidas que el Instituto Cristiano para Líderes Latinas es un buen lugar para que esto suceda.

Carolyn Porterfield es miembro de la Facultad y del Consejo Directivo del Instituto Cristiano para Líderes Latinas. Encuentra una gran alegría en ayudar a mujeres en su crecimiento como líderes.
Por Alicia Zorzoli
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Hace varios años ocupé una posición en una organización cristiana que requería viajar a diferentes partes del mundo. Poco después de mi instalación en ese cargo, compré una valija bien grande para esos viajes. Esa valija gigantesca me acompañó durante todos esos años llevando todo lo que yo consideraba esencial para cumplir con mis responsabilidades. (En ese entonces las cosas eran diferentes: las aerolíneas no cobraban por despachar las valijas en los vuelos internacionales; ¡aun si despachabas más de una!).
Después las cosas cambiaron y ahora las aerolíneas cobran por cada pieza de equipaje que se quiera despachar. Esa medida hizo que cambiara mi perspectiva al viajar. No se debió únicamente al gasto en dinero, sino que, aun más importante, me hizo pensar en lo que realmente necesitaba para mi viaje y lo que era superfluo. Tengo el orgullo de decir que en mi reciente viaje de casi tres semanas a otro continente solo llevé una valija de mano, ¡y no estaba completamente llena! (Todavía no consigo llevar menos de tres pares de calzado). Puedo encontrar tres ventajas en esto: ahorré dinero, mi espalda me lo agradeció, y mi valija no se perdió.
Todo esto me lleva a pensar en la sabiduría de la Palabra de Dios en cuanto a algo similar pero mucho más importante. Tiene que ver con llenar nuestra vida de cosas superfluas y la necesidad de deshacernos de ellas. El diccionario define superfluo como “No necesario, que está de más”.
Casi sin darnos cuenta empezamos a llenar nuestros días con demasiado tiempo en las redes sociales, conversaciones vacías, compras compulsivas, gastar demasiado o cualquier otro tipo de cosas innecesarias. Podemos llegar al punto de encontrarnos rodeados de cosas superfluas que llenan nuestros espacios.
Y algo semejante sucede en el ámbito de nuestra mente. Escuchamos voces que nos dicen qué pensar, que nos convencen de la necesidad de lograr más, o de ambicionar lo que tienen las demás personas.
El peligro es que, no solo esas cosas no son las más importantes, sino que ocupan el lugar de las que sí lo son.
La sabiduría de Dios es bien clara respecto a la necesidad de deshacernos de lo superfluo: …despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia… (Hebreos 12:1, NVI).
Como creyentes en Cristo, esto es más importante que decidir llevar solo una valija de mano en nuestro próximo viaje. Significa liberarnos de pensamientos, objetivos, ideas preconcebidas o cualquier otra cosa que sea un obstáculo para el plan perfecto de Dios para nosotros.
Uno de los principales objetivos del Instituto Cristiano para Líderes Latinas es ayudar a nuestras alumnas a:
- Identificar todo lo superfluo en su vida, carrera o ministerio, y decidir despojarse del lastre que nos estorba, para ser todo lo que Dios quiere que sean.
- Evitar enredarse con ideas, enseñanzas, maneras de hacer las cosas que no coinciden con el plan de Dios y considerarlas como el pecado que nos asedia.
- Identificar y mantenerse firmes en lo esencial, buscando la ayuda del Espíritu Santo para definir claramente el llamado de Dios para cada una, y no permitir que nadie con ideas preconcebidas las desvíe del lugar que Dios les ha dado.
Les quiero invitar a reflexionar en sus vidas y considerar las áreas que requieran el despojarse de cosas que son superfluas, para así dejar el espacio para lo que sí es importante.
Tal vez al principio sea un poco difícil, pero tal como me pasó a mí, pronto nos daremos cuenta que es mejor viajar por la vida con un equipaje liviano, que nos permita concentrarnos en lo más importante: el plan perfecto de Dios para nosotros.

Alicia Zorzoli es maestra de la Biblia y conferencista internacional, ha publicado numerosos artículos en revistas y libros cristianos. Desde hace más de diez años sirve como profesora del CLLI.
Por: Nora O. Lozano y las graduadas del CLLI Monterrey
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A menudo, al describir el programa del Instituto Cristiana para Líderes Latinas (CLLI por sus siglas en inglés) uso la palabra transformación. Las graduaciones son ocasiones especiales para escuchar acerca de esta transformación que experimentan las estudiantes. Quiero invitarle a que reviva conmigo lo que sucedió en la graduación del Instituto en Monterrey hace dos semanas, donde 14 estudiantes se graduaron con su certificado en estudios de liderazgo desde una perspectiva latina.
El día de la graduación, las estudiantes se reunieron temprano en la mañana para su última clase: Integración y Aplicación. Este curso ofrece la oportunidad de reflexionar en todas las clases que las estudiantes tomaron, así como en las diferentes tareas. Además, es una oportunidad para resaltar las enseñanzas principales que cada estudiante adquirió durante su tiempo de estudios.
Para mí, siempre es una experiencia conmovedora. A menudo, las estudiantes comparten con lágrimas en los ojos cómo la capacitación del Instituto, bajo la bendición de Dios, les ayudó a mejorar en las diferentes áreas de sus vidas y, por lo tanto, a experimentar una transformación significativa. Estas historias son siempre un verdadero regalo para mí, ya que me animan al servir en este ministerio.
Al escucharlas, pensé que más personas podían beneficiarse de este regalo, especialmente quienes generosamente apoyan a estas estudiantes con sus oraciones y recursos. Por lo tanto, decidí pedirles a las estudiantes si podían escribir brevemente cómo les ayudó la capacitación del Instituto. Al invitarlas a hacer esto, también les pedí permiso para compartir sus testimonios con ustedes, nuestros lectores.
Buscando una forma de organizar estos hermosos y poderosos testimonios, les asigné un encabezado que representa un valor importante dentro de la comunidad del Instituto. Si bien los testimonios han sido ligeramente editados, en su mayor parte reflejan las palabras exactas de las estudiantes.
Valentía y ánimo para continuar – Flor Julieta Cortés Coronado
“Yo pensaba que mi carrera profesional había quedado trunca desde 1998 y que no había más en lo que pudiera desarrollarme. CLLI Monterrey me permitió entender que tenía un camino sin explorar, el cual necesitaba retomar. Gracias a esto, tomé decisiones claves en mi vida, como continuar mis estudios universitarios. Al iniciar con CLLI buscaba entendimiento y lo encontré. Gracias a Dios por el programa y por cada una de las personas que trabajan en él”.
Encontrando mi voz – Marina Rodríguez
“Agradezco a Dios por la capacitación ya que fue de mucha bendición, crecimiento y aprendizaje para mi vida. Me ayudó a hacer cambios en lo personal en interacciones sociales, es decir antes era muy tímida, y hoy en día puedo tomar decisiones, dar mi punto de vista ante cualquier situación, y a su vez puedo aconsejar a mis amistades y familia. Mi vida ha sido transformada gracias al CLLI”.
Empoderando mujeres – Anabell González
“En esta capacitación entendí que mi liderazgo en mi círculo de influencia puede ser usado para dar libertad y poder a las mujeres, iniciando desde mis hijas, mis compañeras de trabajo, mis hermanas en la iglesia, hasta en las aulas con mis alumnas. Mi deseo es enseñarles que el propósito de Dios nunca fue que las mujeres sufrieran por ser consideradas inferiores. En las Escrituras podemos encontrar muchos ejemplos sobre la gran influencia e importancia de las mujeres en el anuncio y la extensión del reino de Dios en la tierra”.
Bendecida para bendecir – Jessica Zertuche
“Dios depositó en nosotras un liderazgo que tenemos que alimentar día con día, y a través de este entrenamiento pude entender que Dios nos capacitó con muchas herramientas (clases, libros, testimonios y situaciones que encontramos) para llenarnos de poder para servir y ayudar a otras mujeres. Dios quiere que abracemos con toda nuestra fuerza la identidad de ser su hija. Como sus hijas, nos quiere mostrar y enseñar cosas para restaurar, transformar, levantar y bendecir la vida de muchas otras mujeres que Dios quiere usar”.
Cuidado personal integral – Angélica Flores Chapa
“Aprendí a cuidar mi salud integral, a detectar cuando necesito algo, y a poner límites en cada una de mis relaciones. El elaborar mi misión personal me permitió visualizar aquellas áreas que me apasionan para trabajar en ellas, sirviendo en diferentes ministerios para la gloria de Dios”.
Relaciones significativas – Samantha Ruiz
“Cuando inicié la capacitación mi necesidad y propósito principal eran establecer conexiones. Y gracias a Dios, sí pude conocer y conectarme con otras mujeres que estaban en la misma búsqueda. Pero lo más maravilloso y sorprendente fue que Dios me llevó a conectarme de una manera más profunda con Él, y a conectarme conmigo misma. Agradezco a Dios y a todas las personas que contribuyen a este ministerio, por la oportunidad de vivir esta experiencia milagrosa”.
Ofreciendo empatía – Josefa Pacheco
“Aprendí que puedo aconsejar solo escuchando y siendo empática, demostrando a las demás personas que pueden confiar en mí, y que estoy lista para servir, sabiendo que soy usada por Dios, pero quien hace la obra es el Espíritu Santo”.
Fortaleciendo mi vida personal y ministerial – Mónica Treviño Rodríguez
“Este entrenamiento le ha dado estructura y guía a mi liderazgo, me ha ayudado a desarrollar y fortalecer mis áreas débiles e identificar talentos que desconocía. El tema del descanso siempre ha sido un desafío para mí. Las clases de salud espiritual, física y emocional me han hecho reflexionar sobre la importancia del auto cuidado. Ahora tengo una visión más amplia sobre el liderazgo. Todos los temas fueron muy relevantes, y me han hecho crecer en todos los sentidos”.
Damos gracias a Dios por todas estas historias que dan testimonio de la transformación que experimentaron las estudiantes. ¡Son realmente un regalo! Al recordar estas historias, por favor ore para que Dios siga guiando el camino personal y ministerial de estas estudiantes.

A manera de conclusión, quiero presentar un último testimonio:
Extendiendo mi panorama – Martina G. Garza Álvarez
“Esta capacitación me deja muchas cosas positivas. Me dejó disciplina, compromiso, amigas, empatía, ánimos nuevos, libertad, expectativas claras, sanidad emocional, vida equilibrada, habilidades, cambios, estrategias, experiencias, y extendió mi visión y panorama en relación a logros presentes y futuros”.
Una vez más queremos agradecer a Dios por todas sus bendiciones en la vida de estas estudiantes y del Instituto. Y muchas gracias a ustedes que nos apoyan constantemente con sus oraciones y recursos. Su generosidad nos está ayudando a transformar la vida de muchas mujeres en el nombre de Jesús y, a su vez, ellas están transformado sus familias, iglesias y comunidades. ¡A Dios sea la gloria!

Nora O. Lozano es directora ejecutiva y cofundadora del Instituto Cristiano para Líderes Latinas (CLLI), y ha estado involucrada en el campo de la educación teológica cristiana por más de 25 años.
Por Ruth Mendoza
Traductora: Alicia Zorzoli
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Temor. Dudas. Incertidumbre. Con los horribles eventos que ocurrieron recientemente y la escasez de educadores en todo el país, el volver a la escuela se torna atemorizante este año.
Llevo veinte años enseñando, y cada año trae sus propios desafíos. Varias veces ha llegado a mi mente la idea de dejar totalmente la enseñanza. Hasta tengo una lista de razones por las cuales debería dejarla: el estrés, la gran cantidad de trabajo que traigo a casa, la falta de disciplina de algunos padres, madres y administradores, el tener que caminar sobre cáscaras de huevo cuando expreso mi opinión, la falta de seguridad física… y la lista puede continuar. Hubo momentos cuando me sentí como caminado en un desierto; cuando me abandonaron y tuve que arreglármelas sola; y hubo unos pocos momentos cuando sentí el apoyo de colegas y amigos.
Sin embargo, al recorrer los pasillos vacíos cuando va a comenzar un nuevo año escolar, no puedo dejar de pensar en los nuevos estudiantes y el privilegio que tendré de enseñarles.
Un nuevo año escolar significa una nueva oportunidad de hacer brillar la luz de Cristo en el rostro de una nueva generación. Eso no puede ocurrir si permito que las experiencias del pasado se establezcan en mi corazón y en mi mente. Al pensar en un nuevo año escolar vienen a mi mente los versículos de Isaías 43: 18, 19: “No se acuerden de las cosas pasadas ni consideren las cosas antiguas. He aquí que yo hago una cosa nueva; pronto surgirá. ¿No la conocerán? Otra vez les haré un camino en el desierto, y ríos en el sequedal” (RVA-2015). Dios nunca deja de obrar y tener un propósito más alto para nuestra vida. Los resabios del ayer siguen frescos en nuestra mente. No pretendo minimizar el dolor de las víctimas o el sufrimiento de maestros cuya salud mental ha quedado afectada por las exigencias del sistema educativo.
Sin embargo, sí quiero animar a mis maestros cristianos colegas a confiar en el plan soberano de Dios al empezar esta nueva etapa en nuestra carrera educativa. Es muy fácil perderse en la oscuridad de todo lo que está sucediendo y perder de vista la razón por la que elegimos esta carrera: ver florecer a nuevas generaciones. Permitamos que lo que nos está preocupando nos impulse a que en este nuevo año escolar brillemos con más fuerza que nunca.
Si eres creyente comprendes este concepto clave que Spurgeon presenta en Light. Fire.
Faith. Life (Luz. Fuego. Fe. Vida): “Los hijos de la luz prefieren el gozo del Señor porque encuentran que allí está su fortaleza”. No debemos permitir que la oscuridad, ni el príncipe de las tinieblas opaquen la luz que Dios instaló en nosotros a través de Cristo. Como educadores, nuestras luces pueden opacarse fácilmente cuando permitimos que la negatividad entre en nuestra vida, cundo dejamos que el estrés controle nuestras decisiones, cuando descuidamos no solo nuestras necesidades sino también las de nuestros alumnos. Todo puede volverse oscuro para nosotros cuando no mantenemos una relación saludable con Dios y con las demás personas. En la pág. 57 de su libro Be Light (Sé luz), el pastor Samuel Rodríguez comenta la cita del sermón de Spurgeon que mencioné arriba:
Spurgeon… afirmó que la luz de Dios se refleja en nosotros cuando permitimos que la luz del conocimiento, el poder de Dios, y la belleza refulgente de la verdad brillen a través de nosotros. Él sabía que la oscuridad siempre amenaza con meterse en nuestra vida; pero nos recuerda que quienes creen las doctrinas de la gracia y tienen el apoyo de la verdad de Dios sabrán qué son y dónde están.
En Mateo 5: 14-16 Jesús nos hace saber claramente que somos la luz del mundo y que esa luz no puede esconderse. Debemos permitir que nuestra luz brille para que otras personas vean nuestras buenas obras y glorifiquen a nuestro Padre celestial. Quiero animarte a que consideres las palabras de Spurgeon: “Adquieran mucha luz, hermanos, y cuando la hayan obtenido, regálenla”.
Compañeros educadores: ¡Nuestros alumnos nos necesitan! Ellos necesitan luz en medio de las tinieblas con las que el mundo les seduce. Les insto a mantenerse firmes como un faro y a reflejar esos rayos de la luz de Cristo en sus alumnos. Hagan eso al impartir la gracia de Dios personificando el fruto del Espíritu que es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio (Gálatas 5: 22, 23).
Para quienes no son educadores: les ruego que oren fervientemente al comenzar este nuevo año escolar:
- Por los maestros en su comunidad. Pidan sabiduría al tomar decisiones, paz y unidad para sus familias, y fortaleza ante cualquier lucha que estén enfrentando. Oren por los alumnos y sus familias a quienes van a servir este año. Oren pidiendo protección al manejar a la escuela y al regresar al hogar. Oren por su crecimiento espiritual.
- Por el sistema de apoyo en la escuela. Esto incluye paraprofesionales, administradores, personal, cuidadores y padres y madres.
- Oren pidiendo que las iglesias se ofrezcan para ayudar y llevar un programa de alcance a las escuelas en su comunidad.
- Oren pidiendo la salvación para quienes todavía no aceptan el amor redentor de Cristo.
Al comenzar este nuevo año escolar, recibamos con gozo la oportunidad de hacer brillar la luz de Cristo ya sea sirviendo como maestros fieles u orando fervientemente por quienes están regresando este año a la escuela.

Ruth Mendoza, BSIS, M. Ed, ha sido educadora por 20 años, también se desempeña como contratista de Ministerios Hispanos para la UFM de TX (WMU of Texas). Al haber nacido en una familia pastoral, continúa sirviendo fielmente en el ministerio en el este de Texas. Ruth también fue estudiante de CLLI.