Por: Becky Klein
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¡Qué rápido pasa el verano! ¿A dónde se fue? Fue apenas ayer cuando terminaron las clases y los estudiantes y sus familias se preparaban para las vacaciones; más tiempo de juego para los niños y niñas; campamentos de verano y trasnochar, y muchas otras actividades de verano planificadas. Y sin duda, cada año parece pasar más rápido que el anterior.
A medida que pasamos del verano a los rigores académicos de la escuela, nos corresponde a nosotros mismos (como padres y madres, familiares, maestros, líderes juveniles y entrenadoras) reflexionar sobre cómo hemos estado enseñando a nuestros hijos los principios fundamentales del liderazgo. Independientemente de la edad y del camino que elijan nuestras hijas, todas liderarán en ocasiones y seguirán en otras. Y no hay nada de débil o injusto en ser un seguidor. Para que no lo olvidemos, Jesús se consideraba un seguidor. En el Evangelio de Juan, Jesús dice: “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre” (5:19). También dice que no está dando órdenes, sino más bien entregándolas en nombre del Padre. El propósito de Jesús en la tierra era seguir la voluntad del Padre, incluso si eso significaba su propia muerte. Quería que sus discípulos lo imitaran en este sentido.
Sin embargo, todos los jóvenes, sus hijos y los de otras personas, enfrentarán tiempos difíciles y días inciertos más adelante. Es durante esos momentos cuando queremos que nuestras hijas estén preparadas y armadas con habilidades de liderazgo para resistir, prevalecer y superar el caos y la locura que a veces nos rodean. No podemos elegir los tiempos en los que vivimos. Sin embargo, como dijo Gandalf en El Señor de los Anillos de J.R.R Tolkien: “Todo lo que tenemos que decidir es qué hacer con el tiempo que se nos da”.
Ya sea un seguidor fiel o un líder fuerte, todo comienza con un carácter moral principal: la confianza. Líderes deben infundir confianza en sus seguidores, y quienes siguen deben ser dignos de confianza para comunicarse y ejecutar las indicaciones de sus líderes. Un seguidor de confianza no sólo realiza la tarea de seguir, sino que acepta y absorbe auténticamente el llamado de su líder. De manera similar, una verdadera líder inspira confianza y acción entre sus seguidores.
Me ha enriquecido mi colega Les Csorba, que escribió un libro hace 20 años titulado “Confianza: lo único que hace o deshace a un líder” (traducción de la autora). En su libro, Les describe el liderazgo como “un personaje en movimiento cuyo combustible es la confianza”. También describe cómo los líderes más influyentes son: 1) purificados en el fuego de su propio sufrimiento; 2) formados por mentores, personas que están dispuestas a integrar sus vidas en las de las demás personas; y 3) llamados con un propósito que trasciende la ambición personal.
En definitiva, enseñar y aprender van de la mano como una sola cosa. Cuando enseñas, estás profundizando aún más tu propia comprensión de lo que impartes a las demás personas. También estás aprendiendo lo que resuena o no entre las demás personas y evaluando qué enfoques están dando en el blanco de tu audiencia. Al mismo tiempo, cuando estás aprendiendo, la mejor manera de asimilar tu nueva comprensión es, a su vez, compartirla con otras personas. La enseñanza y el aprendizaje son un circuito de refuerzo.
Entonces, ya sea hora de jugar o de ir a la escuela, ¿qué estamos enseñando y aprendiendo sobre la confianza para que transforme a nuestros hijos e hijas en seguidores fieles y líderes inspiradores? Es importante que seamos conscientes de cómo ejemplificamos diariamente la importancia de la confianza para garantizar un vínculo fuerte entre líderes y seguidores.
Una de las mejores maneras de comenzar es simplemente recordar lo que Dios dijo en Proverbios 3:5-6: “Confía en Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas”. Amén.

Becky Klein es abogada y directora de Klein Energy, LLC., una empresa de consultoría de energía con sede en Austin, Texas. Además es miembro del consejo directivo y de la facultad del CLLI. Entre sus títulos se encuentran: Doctorado (JD) de la Facultad de Derecho de St. Mary, San Antonio, TX; Maestría en Administración de Empresas de MIT Sloan School of Business; Maestría en Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Georgetown; Licenciatura en Biología Humana de la Universidad de Stanford, Stanford, CA.