Por Zoricelis Davila
Traducido por Alicia Zorzoli
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Leí hace poco en las redes sociales que “a veces hablar con tu mejor amiga es toda la terapia que necesitas”. Como terapista tengo que admitir que conozco el valor terapéutico de la consejería para tratar las situaciones que solo un profesional puede manejar. Sin embargo, en el liderazgo y en el Instituto Cristiano para Líderes Latinas(CLLI por sus siglas en inglés) hemos experimentado el vínculo terapéutico de una hermandad hermosa. Como líderes latinas cristianas, a veces enfrentamos desafíos tales como discriminación, expectativas culturales, estereotipos y varios otros. Estos desafíos pueden acarrear un desaliento potencial para continuar en el liderazgo, o la presión para conformarnos a ciertas normas culturales y sociales. En tiempos así buscamos a nuestras hermanas para apoyo, oración, aliento y consejo; esas amigas maravillosas, consagradas, extraordinarias, y colegas en el ministerio que han vivido esas situaciones antes que nosotras, o que lo están haciendo junto a nosotras.
Esta hermandad es más que simplemente un grupo de amigas juntas en el liderazgo; es un grupo de mujeres fieles al Señor, apasionadas, tenaces, compasivas y muy trabajadoras que hacen el ministerio juntas. Hemos llegado a ser más que colegas en el ministerio, hemos llegado a ser hermanas en el liderazgo. En psicología y consejería se usa el término familismo para referirse al valor cultural que enfatiza las relaciones familiares caracterizadas por la cercanía, el calor humano, el amor, el cuidado y el apoyo mutuo[i]. El término también da prioridad a la familia por sobre el individuo, y está asociado con contribuir a la salud psicológica y emocional. Cuando enfrentamos desafíos en el ministerio nos aferramos a este valor del familismopara mantenernos firmes y unidas, y para apoyarnos unas a otras en la obra del Señor.
Estar unidas en el liderazgo significa que siempre estamos encontrando nuevas formas de ayudar a las mujeres en el ministerio. Planificamos conferencias, retiros, seminarios y muchas otras vías para empoderar a otras líderes cristianas, sean latinas o latinas de corazón. Compartimos luchas comunes, nos damos ideas unas a otras, nos apoyamos durante nuestras luchas y nos animamos mutuamente para alcanzar nuestro máximo potencial. Todas somos diferentes, pero compartimos los mismos valores cristianos.
Hemos estado presentes durante la pérdida de seres queridos, acompañándonos en trayectorias académicas, bodas, aniversarios, nacimientos, nuevos trabajos, cambio de trabajos, jubilaciones y muchos otros eventos de la vida; todo mientras continuábamos con nuestros ministerios yliderazgos en las áreas respectivas de nuestra vida. Hemos llorado juntas, reído juntas y nos hemos amonestado en amor cuando era necesario. Y al hacer todo esto llegamos a ser líderes más efectivas. El liderazgo no es algo que se hace en soledad, es un esfuerzo comunitario. Nunca hubiéramos podido lograr todo lo que tenemos en el ministerio si no hubiera sido por el Señor y por este vínculo de hermandad llamado CLLI. Somos más que una hermandad; es una sociedad, un sistema de apoyo, una red de mentoría, y un semillero de líderes, eruditas, ministras y colaboradoras en la obra del Señor.
En un tiempo cuando se cuestiona o se critica a las mujeres en el liderazgo tenemos una hermandad de líderes cristianas latinas, o latinas de corazón, que están enlazadas unas con otras por amor a Cristo para hacer que él sea conocido. Nuestra visión es Mujeres en liderazgo empoderadas para impactar al mundo desde una perspectiva cristiana.Juntas nos motivamos mutuamente para continuar nuestra trayectoria como líderes, trabajando en nuestras respectivas congregaciones y apoyando el ministerio de la iglesia para cumplir la Gran Comisión.
En la Biblia vemos un hermoso vínculo de hermandad en Elisabet y María (Lucas 1:39-45). Ambas recibieron el hermoso ministerio de la maternidad; María como madre de nuestro Salvador Jesús, y Elisabet como madre de Juan el Bautista, el precursor de Jesús. En el momento cuando María recibió la noticia de su nuevo rol fue a visitar a su prima Elisabet quien llevaba seis meses de embarazo de su hijo Juan. Creo que María necesitaba el apoyo de Elisabet en ese momento cuando debe haberse sentido tan abrumada por la tarea que le esperaba frente a las expectativas culturales. El encuentro entre ambas fue una afirmación de Dios de que necesitaban apoyarse mutuamente en sus respectivos ministerios de ser madres.
En mi caso, Dios trajo CLLI a mi vida en un tiempo cuando estaba empezando una etapa nueva de liderazgo como consejera profesional. CLLI fue mi “Elisabet”. Aunque siempre había sido líder en mi iglesia, en ese tiempo Dios me estaba llamando a un ministerio más amplio más allá de las paredes de mi iglesia. Dios usóa CLLI para abrir puertas para publicar libros dedicados a nuestra comunidad latina que llevaran sanidad a las familias. Dios también usó este ministerio para que desarrollara mis habilidades de liderazgo como miembro del Consejo de Directores, profesora y mentora. Luego Dios me llamó a obtener un doctorado y continuar empoderando a otras líderes mediante el ministerio de consejería. No podría haber logrado nada de esto de no haber sido por el vínculo terapéutico de la hermandad de CLLI en mi vida. Todas esas mujeres fueron “Elisabet” para mí.
A veces el liderazgo puede ser difícil, pero también puede traer mucho gozo. Dios te puede llevar a lugares que nunca antes habías explorado; ahora mismo Dioste puede estar llamando a un área de liderazgo en el ministerio que puede parecerte abrumadora. Por favor, quiero que sepas que Dios nunca pretendió que recorramos solas el ministerio o la vida. Diosnos rodea con una hermandad de mujeres que nos puede empoderar, apoyar, traer vida y refresco para animarnos en nuestro trayecto. En CLLI tenemos un vínculo especial que nos ha llevado a través de pruebas, sufrimientos, desafíos, alegrías y muchos logros. Nunca hubiéramos podido hacerlo solas. Ven, únete a nosotras y sé parte de este maravilloso vínculo de hermandad en el liderazgo. No hay otro grupo con el cual quisiera participar en el ministerio aparte de mis hermanas en CLLI; estar juntas es terapéutico. “Por lo cual, anímense los unos a los otros y edifíquense los unos a los otros, así como ya lo hacen” (1 Tesalonicenses 5:11).
[i]Campos, B., Ullman, J. B., Aguilera, A., & Dunkel Schetter, C. (2014). Familism and psychological health: the intervening role of closeness and social support. Cultural Diversity & Ethnic Minority Psychology. https://doi.org/10.1037/a0034094

La Dra. Zoricelis Dávila, Ph.D., LPC-S, es Licenciada como Consejera Profesional Supervisora con 17 años de experiencia. Ella tiene una práctica privada en Fort Worth, TX al servicio de la comunidad latina. La Dr. Davila es miembro de la junta directiva y docente de CLLI. También es oradora internacional, autora y profesora de asesoramiento.