Por Nora O. Lozano
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Es un año nuevo y hay mucho que celebrar, agradecer y esperar.
Para empezar, quiero celebrar el primer aniversario del blog del CLLI. Gracias al buen trabajo de todas las escritoras mensuales, el comité editorial, las traductoras, así como de nuestra coordinadora y encargada de publicación, Anyra Cano, estamos completando un año de publicaciones. También les queremos dar las gracias a ustedes, que han leído fielmente el blog mes tras mes. Espero que durante el año pasado su vida como persona cristiana y líder haya sido enriquecida por cada una de las piezas publicadas.
Empezando con nuestro segundo año de publicación, el blog tratará diferentes temas que son pertinentes a la vida de la mujer líder cristiana. Te invitamos a seguir leyendo el blog todos los meses. Confiamos que será de bendición, aliento y desafío a medida que continúes con tu trayectoria como líder.
Además del aniversario del blog, estamos agradecidas por muchas otras cosas. Los entrenamientos del CLLI continúan con gran éxito, ayudando a desarrollar a muchas mujeres cristianas y líderes aquí en Estados Unidos y en México. Las personas que donan y apoyan al CLLI continúan dando generosamente para ayudarnos a lograr nuestro meta de transformar las vidas de mujeres en el nombre de Cristo. La facultad, las coordinadoras y el personal del CLLI continúan trabajando diligentemente para servir a todas nuestras estudiantes en las diferentes localidades, mientras que el Consejo Directivo continúa supervisando y guiando el ministerio del CLLI. Estoy muy agradecida por todas estas personas que juegan un papel vital en la vida del Instituto. ¡Son un verdadero regalo de Dios!
Más todavía, estamos mirando al futuro con mucha esperanza. Este es el año en que el Consejo Directivo del CLLI trazará, junto con el personal, el nuevo plan estratégico que guiará el curso del CLLI durante los próximos cinco años. Estamos entusiasmadas con este proceso, y apreciamos sus oraciones mientras discernimos la voluntad y los planes de Dios para el CLLI.
Espero que tú también hayas recibido al Año Nuevo con mucha celebración, gratitud y esperanza.
Te invito a celebrar y agradecer las pequeñas y grandes cosas en tu vida. Tómate un momento para recordar las cosas que a menudo damos por sentado, como la salud, vivienda, trabajo, agua limpia, comida, ropa, familia y la presencia de Dios en nuestras vidas.
Para cuando se publique este blog, será casi finales de enero. Quizás a estas alturas, estemos enfrentando propósitos de Año Nuevo fallidos, y una frustración por nuestra falta de compromiso.
Independientemente de tu situación, quiero invitarte a continuar viendo el Año Nuevo con un sentido de esperanza. Si bien nuestros propósitos anuales pueden ser fallidos, te aliento a que hagas nuevos planes, tal vez propósitos mensuales o semanales que pueden lograrse más fácilmente y los cuales te mantendrán con motivación. Si establecemos una meta semanal y la rompemos, muy pronto será nuevamente el lunes, y tendremos una oportunidad de comenzar una vez más.
Debido a que nuestras vidas son muy diversas, supongo que nuestras metas para el año 2020 probablemente también sean muy diferentes. Sin embargo, recuerdo la afirmación de John Maxwell de que una persona que es buena en el liderazgo primero debe aprender a liderarse a sí misma.
A medida que aprendes a liderar, pregúntate: ¿Qué áreas de tu vida necesitas cambiar? ¿Qué necesitas mejorar para “ser una persona líder verdaderamente efectiva, a la cual la gente quiere seguir?” (John Maxwell, The 21 Indispensable Qualities of a Leader, p. ix).
Si bien este trabajo personal es importante, quiero invitarte también a seguir trabajando en la base más importante de tu vida: tu relación con Dios.
El Salmo uno ofrece buenos consejos para establecer una base sólida para la vida. En los versículos 1 al 3, el salmista nos invita tanto a deleitarnos y meditar constantemente en la Palabra de Dios, como a alejarnos de las malas compañías y la gente malvada. Estas acciones nos llevarán a ser personas bendecidas de verdad. La Biblia compara a esta persona bendecida con un árbol fuerte que está plantado junto a corrientes de agua, dando fruto en su tiempo y que sus hojas no caen. Este tipo de persona próspera en todo lo que hace.
Independientemente de si enfrentas o no desafíos particulares en este momento, cualquier persona que es buena en el liderazgo siempre tiene espacio para crecer y desarrollarse. Que este salmo te inspire en el Año Nuevo a anclar tu vida en la palabra de Dios y en las buenas acciones que surgirán de esta relación. Que te inspire a convertirte en la persona líder que Dios quiere que seas, y que la gente quiera seguir.
Y a medida que crezcas y te desarrolles este año, recuerda que el CLLI está aquí para ayudarte en tu desarrollo como líder. Así que apoyémonos en oración mientras continuamos con nuestras trayectorias de liderazgo y seguimos el plan de Dios para nuestras vidas.
El año 2020 aún es joven y, por lo tanto, lleno de posibilidades. Con la bendición de Dios, ¡hagámoslo un año próspero y bendecido! ¡Que así sea!

La doctora Nora O. Lozano es Directora Ejecutiva del Instituto Cristiano para Líderes Latinas y Profesora de Estudios Teológicos en la Universidad Bautista de las Américas en San Antonio, Texas.