Please click here to read in English.

Por Zoricelis Dávila

Traducido por Alicia Zorzoli

El concepto de liderazgo ha sido estudiado desde múltiples perspectivas y acercamientos. Su definición puede ser compleja debido a que es algo que está evolucionando constantemente y se actualiza para adecuarla a la circunstancia del momento. Hay estudios enfocados en estilos de liderazgo, características personales y atributos; pero cada definición, como el estudio titulado Teorías de Liderazgo Contemporáneo: Análisis de La Dinámica Relacional por Sánchez Montalván, Vaca Aguirre, Padilla Sánchez y Quezada Condolo lo ilustra, concuerda con el hecho de que el comportamiento del líder influye en otras personas en un ambiente específico.

La parte que encuentro interesante en esta descripción es la última: “en un ambiente específico”. Significa que nuestro liderazgo es adaptable a las necesidades de las circunstancias que estamos enfrentando. No es exclusivo a las características de la persona, sino que las características y los comportamientos personales se ajustan a las necesidades del momento.

Somos líderes en casa, en la iglesia, en el barrio y en la comunidad. Como líderes, queremos ser buenos modelos para las otras personas. Estamos acostumbradas a dirigir y controlar diferentes situaciones porque somos líderes por naturaleza. Sin embargo, ¿qué pasa cuando de repente el mundo que nos rodea está siendo amenazado por una pandemia fuera de control? ¿Qué pasa con nuestro estilo y nuestras habilidades de liderazgo en ese “ambiente específico”? La respuesta se encuentra en la capacidad del líder para adaptarse a ese “ambiente específico”.

Desde el comienzo de esta pandemia líderes han demostrado fortaleza, determinación, creatividad y dedicación. Como líderes, parecería que hemos estado trabajando más que nunca para servir a una comunidad que está siendo impactada diariamente no solo por la enfermedad del COVID-19 sino también por la secuela del estrés, familias en crisis, depresión, ansiedad, fatiga y mucho más. Por naturaleza, el liderar a otras personas siempre es desafiante, pero el liderar a otras personas en medio de una pandemia requiere valentía.

Nos hemos elevado por encima de las circunstancias presentes de un ambiente hostil y hemos demostrado destrezas y habilidades que algunas ni sabíamos que teníamos. He visto líderes que antes del COVID-19 tenían dificultades con la tecnología y ahora están enseñando clases de Escuela Dominical en forma virtual. Iglesias que no usaban los medios sociales ahora están manteniendo sus cultos a través de Facebook live. Mujeres que anteriormente no se animaban a hablar en público ahora están teniendo estudios bíblicos y reuniones de oración virtuales.

Hemos encontrado formas de realizar eventos importantes en la vida: un desfile frente a una casa para brindar consuelo, una caravana de autos para celebrar una ocasión especial, o una fiesta de cumpleaños virtual. Lo hacemos para demostrar nuestro amor mutuo, como también el amor de Jesús por todas las personas.

Este nuevo estilo de liderazgo es el resultado de la resiliencia.

La pandemia vino a cambiar nuestra vida, pero también vino a probar nuestras habilidades de liderazgo. Me asombra ver la resiliencia, la resistencia y la creatividad de muchas de nuestras líderes latinas. Cuando otras personas están abrumadas por el temor y la incertidumbre, nuestras líderes están encontrando nuevas formas de continuar compartiendo la Palabra de Dios y brindar consuelo a las demás personas. 

Es muy común escuchar que durante una crisis hay desaliento, pero estoy siendo testigo de que, en medio de una pandemia, hay valentía, determinación y amor por el Señor y por su pueblo. Es el amor a Dios primero, y luego el amor a las demás personas, lo que nos mueve como líderes a continuar sirviendo más allá de nuestras fuerzas. De acuerdo a las investigaciones de Gallo, Espinosa De Los Monteros y Shivpuri y la de Montine, esto se llama “Capacidad de Reserva”; es decir, la compensación fisiológica que experimenta una persona cuando enfrenta el estrés y la amenaza de daño potencial o pérdida, para adaptarse y confrontar más allá de su capacidad normal.

En estos días las líderes latinas están haciendo uso de su “Capacidad de Reserva” para liderar, animar, consolar y apoyar a otras personas en tiempos cuando todo parece desesperante, incierto y temeroso.

Como líderes latinas cristianas, sabemos que nuestra “Capacidad de Reserva” viene de Filipenses 4:13: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (NVI). Cristo es la fuente de nuestra fortaleza. El es la razón por la que encontramos estilos nuevos de liderazgo, creatividad fresca, recursos adicionales y una nueva motivación para aprender lo que antes parecía imposible. Entonces, aun cuando COVID-19 vino a desafiar nuestro liderazgo, también vino a revelar la persona dentro de nosotros: Cristo obrando a través de nosotros.

Hasta este momento no sabemos cuánto tiempo más tendremos que soportar esta pandemia y su distanciamiento social. Lo que sí sabemos es que, debido a que amamos a Dios de todo corazón, mente, fuerzas y alma (Mateo 22:37), amamos a las demás personas y continuamos ejercitando un liderazgo servicial a pesar de la pandemia.

Si sientes que estás funcionando con tu última gota de energía y fortaleza, recuerda que Cristo en ti es tu “Capacidad de Reserva”. Jesús te está ayudando a obtener fortaleza y habilidades de liderazgo que te permitirán servir a quienes Dios ya ha puesto en tu camino para que les consueles con el mismo consuelo que tú recibiste de él (2 Corintios 1:4). El liderazgo en tiempos del COVID-19 no es fácil; es un acto de amor. Te animo a que recurras a tu “Capacidad de Reserva”, a que seas fuerte en el Señor, y a que recuerdes las palabras del apóstol Pablo: No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos (Gálatas 6:9, NVI).

La Dra. Zoricelis Dávila, Ph.D., LPC-S, es consejera profesional y supervisora en este campo, con 17 años de experiencia. Tiene un consultorio privado en Fort Worth, TX al servicio de la comunidad latina. La Dra. Dávila es miembro de la junta directiva y docente del CLLI. También es oradora internacional, autora y profesora de consejería profesional en Liberty University.

%d bloggers like this: