Por Nora O. Lozano

Traducido por Alicia Zorzoli

Please click here to read in English.

Al comenzar este nuevo año, y cuando miro hacia atrás al año anterior, puedo proclamar con seguridad: “¡Hasta aquí nos ayudó el SEÑOR!” (1 Samuel 7:12). El primer comentario que quiero ofrecer en cuanto a esto tiene que ver con el blog de CLLI.

Con la publicación del presente blog completamos dos años de publicaciones mensuales consecutivas. Doy gracias a Dios por este logro, y también a Anyra Cano —nuestra coordinadora y publicadora de los blogs—, a todas las escritoras y a ustedes, nuestros lectores. En este nuevo año esperamos continuar ofreciendo piezas que sean importantes para ti y para tu trayectoria como líder cristiana.

El año 2020 no tuvo precedentes en la historia contemporánea. A nivel global experimentamos, y seguimos experimentando, mucho sufrimiento debido a la pandemia y sus consecuencias en pérdidas de vidas, salud, trabajo, vivienda y libertad de salir a realizar nuestras tareas diarias. Para ser justa, debo mencionar también que los desafíos que trajo la pandemia representaron para algunas personas una oportunidad para desarrollar nuevas creatividades. Por ejemplo, las instituciones educativas, así como CLLI, debieron adaptarse creativamente para ofrecer educación a distancia.

Sin embargo, a este punto creo que las cosas positivas que ha traído la pandemia no superan el sufrimiento y el caos que también trajo a nuestras vidas. Aunque es muy pronto para evaluar las consecuencias de la pandemia, tanto negativas como positivas, para mí ha sido una época donde seguido proclamo: “¡Hasta aquí nos ayudó el SEÑOR!”.

En 1 Samuel 7 el profeta insta al pueblo de Israel a volverse al Señor con todo su corazón (7:3). Como resultado, los israelitas experimentaron la victoria contra los filisteos. Sin embargo, los filisteos siguieron siendo una amenaza continua para Israel; es por eso que los israelitas volvían constantemente a Dios y clamaban: “¡Hasta aquí nos ayudó el SEÑOR!”.

Durante esta época, mi manera de volver una y otra vez a Dios ha sido a través de la oración. Pareciera que estoy rodeada constantemente por un llamado a orar. Cuando abro mis redes sociales y mis conversaciones electrónicas privadas, me encuentro, como nunca antes, con peticiones de familiares y amistades solicitando oración por sus seres amados afectados por el COVID. Además, el Christian Latina Leadership Institute ha auspiciado muchas reuniones de oración entre su comunidad, y un llamado diario a orar a las 10.00 PM. Estos tiempos de oración me han sostenido durante esta época desafiante.

La oración ha sido un elemento importante durante toda mi vida. Mis primeros conceptos de oración fueron utilitarios. Oraba para que Dios nos diera a mí y a mis seres amados todo lo que yo/nosotros queríamos o necesitábamos.

Más adelante aprendí que la oración es parte de las disciplinas espirituales que nos ayudan a nutrir una relación con Dios. Según W. T. Conner en su libro Doctrina Cristiana, la oración es comunión con Dios, una unión espiritual con Dios. En este sentido, afirma Conner, la oración siempre tiene respuesta. Si lo que buscamos al orar es comunión con Dios, entonces cada vez que oramos Dios nos responde porque siempre está listo para escucharnos.

A medida que evolucionaba mi vida de oración, Dios me llevó a comprender otros aspectos de la oración que me han ayudado mucho durante esta pandemia. A veces en mi vida, y especialmente este último año, hay ocasiones en las que no sé cómo orar, o que ya no tengo energía para orar. En esas veces es cuando recuerdo que Dios nos ha dado una comunidad eterna de oración que está a nuestro favor.

Esta comunidad es eterna, trinitaria (Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo) y, además, no depende de mis esfuerzos por orar más o por orar la oración correcta.

De acuerdo a la Biblia, Jesús es nuestro intercesor permanente y sus oraciones por nosotros, creo, son constantes y apasionadas. ¿Por qué? Dado que fue uno de nosotros y que fue tentado en todo así como nosotros, pero sin pecado, Él se identifica con nuestras luchas y sufrimientos (Hebreos 4:15 y 7:25). Él entiende cómo se siente estando aquí abajo y, debido a eso, intercede constantemente por nosotros.

Otro componente de esta comunidad de oración eterna y trinitaria es el rol del Espíritu Santo. Como mencioné anteriormente, a veces no sé como orar; o, aún peor, a veces al mirar hacia atrás encuentro que estaba orando por algo equivocado.

La buena noticia es que la oración no depende de mí. Romanos 8:26, 27 afirma: Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles… porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”. Entonces, el Espíritu Santo es el que garantiza que nuestras oraciones sean las correctas. Yo me lo imagino de esta manera: cuando nuestras oraciones ascienden a Dios, el Espíritu Santo las transforma en las oraciones correctas. De modo que me da mucha paz saber que cuando oro el Espíritu Santo es quien transforma nuestras oraciones en las correctas; oraciones de acuerdo a la voluntad perfecta de Dios.

Durante esta pandemia, estoy muy agradecida por esta comunidad trinitaria de oración. Dios Hijo intercediendo por nosotros, Dios Espíritu Santo también intercediendo y dirigiendo nuestras oraciones, y Dios Padre escuchándolas y actuando de acuerdo a su voluntad para promover nuestro bienestar. 

Aunque 2020 fue un año difícil, y 2021 está empezando en forma desafiante, puedo exclamar: “¡Hasta aquí me/nos ayudó el SEÑOR!”. No sabemos qué nos espera en 2021, pero sí sabemos quién es nuestro Dios, y sabemos que si regresamos a los tres miembros de la Trinidad recibiremos ayuda cualquiera sean las circunstancias.

Por lo tanto, te invito a proclamar: “¡Hasta aquí nos ayudó el SEÑOR!”, y dado que Dios es un Dios fiel, lleno de misericordia, amor y compasión, Dios continuará haciéndolo. ¡Amén!

La doctora Nora O. Lozano es Directora Ejecutiva del Instituto Cristiano para Líderes Latinas y Profesora de Estudios Teológicos en la Universidad Bautista de las Américas en San Antonio, Texas.

Categories: Blog

%d bloggers like this: