Por Anyra Cano

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En el otoño del 2015, Rosy García viajó más de 700 kilómetros para asistir a su primera clase del CLLI en Monterrey.  Al empezar el programa de estudios, un gran sueño y esperanza crecieron en su corazón. Rápidamente compartió su sueño con la Dra. Nora O. Lozano, sobre cómo el CLLI empezaría un curso en la pequeña ciudad de donde ella venía, Metepec. Rosy estaba lista para compartir con su comunidad todo lo que estaba aprendiendo. 

Ese sueño siguió creciendo, y los planes empezaron a darse. En junio del 2018, Rosy se graduó del CLLI en Monterrey, y el 17 de agosto del mismo año, empezó el CLLI en Metepec. Un sueño y una esperanza para su comunidad estaban naciendo. Rosy se graduó de estudiante a coordinadora. Ella logró reclutar a las estudiantes, y coordinar todo lo necesario para empezar esta nueva extensión del CLLI.

Después de tres años de estudios, y uno más de espera debido a la pandemia, el 18 de junio de este año, 25 estudiantes se graduaron del CLLI en Metepec, formando así el grupo de graduadas más grande en la historia del Instituto.

El gran sueño de Rosy se convirtió también en el gran sueño de estas estudiantes, la facultad, el personal, y los y las donadores del Instituto. Para conmemorar esta ocasión, le hemos pedido a algunas de estas personas que compartan sobre el significado de esta graduación.

Rosy Garcia

Norvi Mayfield, graduada del CLLI en Texas y donadora del CLLI de Metepec, viajó con el personal del Instituto para unirse a las celebraciones de la graduación. Nos comparte: “Esta graduación es un retrato de la transformación intergeneracional que produce el CLLI en las mujeres y sus familias, y en las generaciones por venir”.

El hijo de Norvi, Elias Mayfield, amigo y donador de CLLI comparte: “Qué increíble y reveladora visita a Metepec. Doy gracias al CLLI por la oportunidad de ver de primera mano lo que han hecho para impactar las vidas de estas mujeres, sus familias y sus comunidades. Enfrentando adversidades, ellas avanzaron y llegaron a la graduación. Estoy muy agradecido de ser parte de una organización increíble que está cambiando vidas y empoderando a las líderes de hoy y mañana. Que Dios continúe bendiciendo a esta organización en su misión de formar líderes.”

Rosy García, coordinadora del CLLI Metepec y quien soñó con empezar este nuevo grupo, dice que esta graduación es: “La fe que se ve en retrospectiva. Pude ver como inicio todo el proceso y ver también el cumplimiento de las promesas de Dios. Cuando Dios pone sueños, Dios los cumple porque es fiel. Tengo mucha gratitud porque se pudo lograr a pesar de las pruebas, de una pandemia, y los cambios que llegaron. En todo Dios fue bueno”. 

La pastora Carmina Hernández compartió: “Esta graduación significa esfuerzo, perseverancia, alegría, gozo, poder y mucho amor que vi y viví a través de estos cuatro años en mis maestras. De ellas aprendí mucho de lo bueno que Dios tiene para cada una de nosotras. Un día yo dije quiero estudiar, quiero aprender. He tenido otras graduaciones, pero ésta ha sido la más emotiva, significativa, importante, bonita y muy bendecida. La disfruté en gran manera. Muchas gracias a todas mis maestras por la paciencia y sus conocimientos y a mis amadas compañeras de estudios también. Dios las bendiga mucho. Sea la gloria a Dios, a mi Señor Jesucristo, el gran Maestro de maestros.”

Raquel Perez

Raquel Pérez expresó: “Renovando con una nueva perspectiva mi servicio a Dios y equipándome en áreas estratégicas y necesarias para continuar sirviéndole con excelencia”.

Christine Villavicencio, quien es doctora en medicina y quien no conocía a nadie en el grupo al comenzar, da testimonio del significado de esta graduación: “Agradecimiento, superación, y crecimiento personal. Estas tres palabras vienen a mi mente cuando pienso en mi graduación. El simple hecho de haber sido aceptada en el diplomado de liderazgo llenó mi corazón de entusiasmo y curiosidad. Una vez iniciado el curso, el conocer a tan increíbles mujeres y sus historias no sólo reafirmó el gozo en mi corazón, sino que llenó mi alma de amor, empatía, y fuerza. Y a lo largo de las clases, aprender a escuchar la palabra y a leerla, a interpretar cada pasaje de la biblia desde un punto de vista de una mujer latina me llevó a estar mucho más cerca de mi espiritualidad y a crecer aún más en mi fe. Llegar a la meta, a la graduación misma fue un gozo absoluto.  Darme cuenta de que era posible completar un diplomado y cumplir con los requisitos para graduarme me empujó a ser una mejor persona, una mujer de fe, fuerza y amor. Me lleno de esperanza, al saber que, si mis compañeras y yo logramos no sólo graduarnos, sino muchas emprender ministerios que ni siquiera se imaginaban, entonces también muchas otras mujeres lo pueden lograr. 

La pastora Lourdes Rodríguez dice: “Le doy gracias a Dios por lo que ha permitido hasta este tiempo de graduación en el CLLI, ya que todo lo que nos hace crecer en fe, conocimiento y en práctica del ministerio nos fortalece como mujeres personal y corporativamente en el Instituto. Es una forma en la que actualmente nuestro Dios está capacitando a mujeres para un liderazgo más eficaz, al cumplir el ser restauradas para restaurar a otras mujeres”.

Romy García, quien a través de sus estudios en el CLLI fue inspirada a regresar a la Universidad y está muy cerca de graduarse de su licenciatura, nos comparte: “Esta graduación es evidencia de que con Dios soy capaz y puedo alcanzar metas, puedo esforzarme y comprometerme y Dios me acompaña y me da sabiduría. Significa que Dios tiene planes para mi vida, el pasado no me define, Dios siempre me lleva a más”.

Durante el culto de graduación, la Dra. Nora O. Lozano, Directora Ejecutiva del Instituto, compartió con las graduadas que: “La educación y los efectos de ésta son una bendición de Dios, un regalo de Dios. Y cómo, siempre que una persona en la Biblia recibía una bendición era para bendecir a alguien más”. Con esto, la Dra. Lozano estaba animando a las graduadas a ser de bendición al colaborar uniéndose al trabajo transformador que solo Cristo puede efectuar en nuestras vidas, familias, iglesias y comunidades.  

El CLLI como instituto ha sido bendecido a través de esta graduación y de las vidas de las estudiantes, las coordinadoras, la facultad, las miembros del consejo directivo, el personal y los donadores y donadoras. Todas estas personas son un regalo para el instituto, y nos bendicen con su apoyo, dedicación y compromiso, de tal manera que podemos dar testimonio, junto con Rosy García, de que en el nombre de Dios los sueños y las esperanzas grandes, sí se hacen realidad.

Anyra Cano es la Coordinadora Académica del Instituto Cristiano para Líderes Latinas, Ministra de jóvenes de la Iglesia Bautista Victoria en Cristo en Fort Worth, TX y Coordinadora de las Mujeres Bautistas en el Ministerio de Texas.

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