Equipaje Liviano

Christian Latina Leadership Institute

Por Alicia Zorzoli

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Hace varios años ocupé una posición en una organización cristiana que requería viajar a diferentes partes del mundo. Poco después de mi instalación en ese cargo, compré una valija bien grande para esos viajes. Esa valija gigantesca me acompañó durante todos esos años llevando todo lo que yo consideraba esencial para cumplir con mis responsabilidades. (En ese entonces las cosas eran diferentes: las aerolíneas no cobraban por despachar las valijas en los vuelos internacionales; ¡aun si despachabas más de una!).

Después las cosas cambiaron y ahora las aerolíneas cobran por cada pieza de equipaje que se quiera despachar. Esa medida hizo que cambiara mi perspectiva al viajar. No se debió únicamente al gasto en dinero, sino que, aun más importante, me hizo pensar en lo que realmente necesitaba para mi viaje y lo que era superfluo. Tengo el orgullo de decir que en mi reciente viaje de casi tres semanas a otro continente solo llevé una valija de mano, ¡y no estaba completamente llena! (Todavía no consigo llevar menos de tres pares de calzado). Puedo encontrar tres ventajas en esto: ahorré dinero, mi espalda me lo agradeció, y mi valija no se perdió.

Todo esto me lleva a pensar en la sabiduría de la Palabra de Dios en cuanto a algo similar pero mucho más importante. Tiene que ver con llenar nuestra vida de cosas superfluas y la necesidad de deshacernos de ellas. El diccionario define superfluo como “No necesario, que está de más”.

Casi sin darnos cuenta empezamos a llenar nuestros días con demasiado tiempo en las redes sociales, conversaciones vacías, compras compulsivas, gastar demasiado o cualquier otro tipo de cosas innecesarias. Podemos llegar al punto de encontrarnos rodeados de cosas superfluas que llenan nuestros espacios.  

Y algo semejante sucede en el ámbito de nuestra mente. Escuchamos voces que nos dicen qué pensar, que nos convencen de la necesidad de lograr más, o de ambicionar lo que tienen las demás personas.

El peligro es que, no solo esas cosas no son las más importantes, sino que ocupan el lugar de las que sí lo son.

La sabiduría de Dios es bien clara respecto a la necesidad de deshacernos de lo superfluo: …despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia… (Hebreos 12:1, NVI). 

Como creyentes en Cristo, esto es más importante que decidir llevar solo una valija de mano en nuestro próximo viaje. Significa liberarnos de pensamientos, objetivos, ideas preconcebidas o cualquier otra cosa que sea un obstáculo para el plan perfecto de Dios para nosotros.

Uno de los principales objetivos del Instituto Cristiano para Líderes Latinas es ayudar a nuestras alumnas a:

  • Identificar todo lo superfluo en su vida, carrera o ministerio, y decidir despojarse del lastre que nos estorba, para ser todo lo que Dios quiere que sean.
  • Evitar enredarse con ideas, enseñanzas, maneras de hacer las cosas que no coinciden con el plan de Dios y considerarlas como el pecado que nos asedia.
  • Identificar y mantenerse firmes en lo esencial, buscando la ayuda del Espíritu Santo para definir claramente el llamado de Dios para cada una, y no permitir que nadie con ideas preconcebidas las desvíe del lugar que Dios les ha dado.

Les quiero invitar a reflexionar en sus vidas y considerar las áreas que requieran el despojarse de cosas que son superfluas, para así dejar el espacio para lo que sí es importante. 

Tal vez al principio sea un poco difícil, pero tal como me pasó a mí, pronto nos daremos cuenta que es mejor viajar por la vida con un equipaje liviano, que nos permita concentrarnos en lo más importante: el plan perfecto de Dios para nosotros.

Alicia Zorzoli es maestra de la Biblia y conferencista internacional, ha publicado numerosos artículos en revistas y libros cristianos. Desde hace más de diez años sirve como profesora del CLLI.

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