Por: Brenda Rincones, Mayra Rodríguez, Norvi Mayfield y Nora O. Lozano

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Por más de treinta años, yo (Nora) he estado fascinada con la historia bíblica de la mujer enferma de flujo de sangre. He escrito sobre ella en diferentes publicaciones, y suelo referirme a ella en mis clases. Debido a mi familiaridad con la historia, pensé que nunca podría traer algo más a mi vida.

Según Marcos 5:25-34, esta mujer había estado enferma durante doce años. Por supuesto, su problema era físico, pero éste iba más allá de eso. Levítico 15 dice que cualquier persona que tuviera una secreción corporal era impura, y cualquier persona o cosa que esta persona tocara también sería declarada impura. Teniendo en cuenta esto, era imposible que esta mujer se presentara ante Jesús proclamando su enfermedad, por lo que en silencio se acerca a él y busca tocar solo la esquina de su manto.

Mientras ella hacía eso, Jesús reconoció que poder estaba saliendo de él. Cuando preguntó qué estaba pasando, se enteró de que una mujer enferma de flujo de sangre lo había tocado. En lugar de enojarse con la mujer por su osadía o avergonzarse de que una mujer impura lo hubiera tocado, habla con ella, la perdona, la alaba por su fe y la despide en paz (Marcos 5:34).

Es importante notar que en esta historia hay sanidades múltiples. Por un lado, se produce una sanidad cuando la mujer toca el manto de Jesús y su cuerpo queda curado. Por otro lado, también es sanada cuando, llena de miedo, compartió toda la verdad sobre su congoja, dolor y sufrimiento, y cómo Jesús finalmente la había sanado (Marcos 5:33). Al compartir su historia y darse cuenta de que Jesús no estaba enojado con ella, encuentra liberación. Como Jesús no la culpó ni la acusó, sino que la bendijo, nadie más podría menospreciarla o marginarla debido a su enfermedad previa.

Esta historia representa una verdadera sanidad y liberación a medida que la mujer es sanada (espiritual, física, emocional y socialmente) y liberada para vivir una vida regular con la gente normal de su tiempo y visitando todos los lugares que antes le estaban prohibidos.

A estas alturas, estoy segura de que puedes entender mi fascinación con esta historia maravillosa que ilustra cómo Jesús puede traer sanidad y liberación completas a la vida de una persona.

¿Podría mejorar la historia? ¡No lo creía posible! Sin embargo, recientemente lo hizo.

En noviembre pasado tuve la bendición de ir a Tierra Santa con el objetivo de animar a líderes cristianos allí, así como visitar algunos lugares religiosos significativos. Uno de estos sitios fue la ciudad de Magdala en Galilea, el pueblo natal de María Magdalena.

Magdala ha sido famosa a lo largo de la historia del cristianismo; sin embargo, su importancia aumentó en el 2009 cuando importantes hallazgos arqueológicos se encontraron allí. A medida que empezaron las excavaciones para construir un nuevo centro de retiro y una casa de huéspedes, comenzó a emerger una parte antigua de la ciudad. Hoy en día este lugar es un área arqueológica en desarrollo, un lugar de adoración, un centro de retiro y una casa de huéspedes.

Al entrar en el lugar de oración “Duc in Altum” (lanzarse a las aguas profundas), inmediatamente se nota que este espacio fue diseñado para evocar y honrar a Jesús y a las mujeres que lo rodeaban. En el nivel inferior del edificio se encuentra la Capilla del Encuentro, que está diseñada basándose en la estructura de la sinagoga del primer siglo de Magdala. Esta capilla cuenta con un impresionante mural del pintor chileno Daniel Cariola, la cual representa la historia de Jesús y la mujer enferma de flujo de sangre.

Dado a que algunas miembros de la comunidad del CLLI han tenido también la bendición de visitar Magdala y ver también esta pintura, las invité a reflexionar en su experiencia:

Mayra Rodríguez (CLLI Carolina del Norte) compartió: “Tuve el privilegio de ver esta famosa pintura. ¡Impresionante! Si bien algunas personas prestan mucha atención a los pies en la pintura, lo más asombroso para mí es la mano de la mujer que muestra una fe increíble que la llevó a ser sanada, cambiada y restaurada. Las mujeres en ese tiempo creían y tenían fe. Quizás esto es lo que nos falta hoy. Necesitamos confiar y creer en él”.

Brenda Rincones (CLLI Texas) compartió: “Al ver esta obra, recuerdo los secretos que nosotras, como mujeres, guardamos; ya que muchas de nuestras mamás y abuelas no compartieron las luchas que enfrentaron. Esta mujer trató de encontrar sanidad en secreto, pero Jesús la descubrió, no para avergonzarla, sino para liberarla. Su curación debía hacerse pública para que todas las personas supieran que ella era completa, digna y que no debía ser excluida. La declaración pública de su sanidad trajo gloria a Dios y libertad y plenitud a la mujer. No dudes en ser vulnerable, porque en nuestra apertura y honestidad ante Dios, Dios será glorificado y encontraremos la libertad”.

Norvi Mayfield (CLLI Texas) compartió: “Al ver esta pintura, pienso en el poder que Jesús compartió con esta mujer; un poder que afectó todas las áreas de su vida. De la misma manera, yo quiero tocar a Jesús, aunque sea la punta de uno de sus cabellos, porque al hacerlo su poder también afectará mi vida por completo: pasada, presente y futuro. Sin embargo, reconozco que hoy, la única forma en que podemos tocar a Jesús y tener acceso a su poder, es estando cada día a sus pies para discernir constantemente los pasos que debemos seguir de acuerdo a su voluntad”.

En cuanto a mí (Nora), no pude apreciar completamente el poder de esta pintura hasta que estaba de regreso en casa viendo mis fotografías. Fuimos a Magdala al final de un día enriquecedor, pero muy largo. Estaba cansada mientras trataba de absorber en un día las riquezas del Mar de Galilea, el Monte de las Bienaventuranzas, Capernaum, el Parque Nacional Arbel, el Sitio del Bautismo de Jesús en el Río Jordán y finalmente Magdala. Mientras miraba la imagen, alguien me sugirió que extendiera mi mano hacia la pintura. Me pidieron que me moviera un poco más a la derecha y seguí las instrucciones. Entonces, esta poderosa foto apareció entre los cientos de fotos que tomé durante el viaje.

Creo que esta foto se ha convertido en una de las más significativas del viaje. La erudita bíblica Joanna Dewey sugiere que una de las herramientas hermenéuticas que debemos usar para recuperar a las mujeres de la Biblia es que nos sumerjamos en la historia. En esta imagen, yo estoy en la historia, junto con Jesús y la mujer. Por lo tanto, esta imagen funciona como un recordatorio visual y constante de que necesito ser valiente y audaz como esta mujer bíblica. Me invita a acercarme a Jesús, llena de fe, creyendo que Él puede sanar todas las áreas de mi vida y darme un futuro lleno de paz (shalom). Me invita a venir a él diariamente mientras trato de navegar las complejidades constantes de la vida.

¿Qué piensas y sientes al ver esta pintura? ¿Cuál es la invitación que te hace Jesús? ¿Cuál es el ejemplo que te está dando esta mujer? Piensa en esto y luego actúa. ¡Cambiará tu vida!

Brenda Rincones es fundadora y directora de la Conferencia para Niñas “Shine”.

Mayra Rodríguez es vicepresidenta de Servicios G&R.

Norvi Mayfield es directora de la Fundación Mayfield y consultora en el área de misiones yorganizaciones sin fines de lucro.  

Nora O. Lozano es directora ejecutiva del Instituto Cristiano para Líderes Latinas (CLLI).

Crédito de las fotografías: Nora O. Lozano y Equipo Barnabas.

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